viernes, 7 de septiembre de 2012

¡Sorpresa!


Siempre he creído que lo bueno de vivir y que las mejores experiencias de la vida son las que ocurren por sorpresa. Como cuando estás aburrido en casa, te llaman para salir y al final pillas una caraja del tamaño de un elefante y se convierte en una gran noche, o como cuando ves grandes resultados en pruebas que no esperabas superar.

Pues algo así nos ha pasado a nosotros. Por sorpresa. Si no me equivoco, en mi última entrada escribí que seguramente nos pasarían cosas pronto. Pues bien, ¡no me equivocaba! Ni porque nos iba a pasar algo, ni porque iba a ser pronto, porque a los 20 minutos, llamaron a la puerta de mi habitación y me soltaron la bomba informativa: Laura y Meri habían recibido una llamada de Li Peng, el señor coordinador que nos firma el papeleo (empiezo a estar hasta los mismísimos de ese tipejo), que teníamos que bajar a la oficina de intercambios a buscar el pasaporte. Y no sólo eso, por lo visto teníamos que repetir alguna de las pruebas médicas para que pudieran renovarnos el visado. Y ¡sorpresa! Había que pagarlas, como todo aquí.

¡ÓBVIAMENTE!

Por lo tanto, a las 9:30 en la oficina de intercambios para ir a la clínica para hacernos las dichosas pruebas otra vez.

Aún con el shock y el cabreo encima, nos fuimos a cenar y a hincharnos a lo pavo porque a partir de las 00:00 no podíamos ni comer ni beber. Y al día siguiente, otra vez,  a levantarse a las 7 de la morning y a clase antes de hacerse la pruebas: “Listening”. Una clase, que por cierto, ha funcionado de la siguiente manera:

1.   Llega el profesor 10 minutos tarde

2.   Nos explica qué vamos a hacer en su asignatura

3.   Nos dice que miremos el libro y que sí sabemos las palabras que nos cambiemos al intermedio 3, que si es muy difícil que nos vayamos al intermedio 1, y que si entendemos algunas y otras no, que nos quedemos. En definitiva, que nos quedamos.

4.   Pasa el libro a los alumnos para que echemos un vistazo mientras él llama a alguien, toquetea el ordenador, se va a dar una vuelta…

5.   Vuelve para pasar una hoja en la que quiere que apuntemos el nombre y el país de los que seguro que nos vamos a quedar en ese grupo.

6.   Luego dice que si nos quedamos, que mañana (que volvemos a tener clase) vayamos con el libro. Añadiendo que si no traemos el libro que no vayamos a clase. Nadie se lo ha comprado porque no sabíamos qué libro necesitábamos. Al salir de clase nos han dicho que la librería está cerrada hasta el sábado y nadie tiene los libros. Me parece que a clase mañana a las 8 va a ir Rita la cantaora.
El aula de la clase de listening. Con sus cascos y todo.

Al salir de clase, hemos ido a encontrarnos con el tal Li Peng, que ya nos estaba esperando. Hemos esperado a una chica ucraniana que también tenía que venir y ya me temía lo peor cuando la persona que supuestamente nos tenía que llevar en coche no aparecía. Sin embargo, ha llegado para nuestro alivio.

Y ahora viene la parte donde me indigno. Antes de contar esta parte, como apunte para lo que voy a contar ahora, para los que sois de fuera de Mataró, deciros que cuando empezó todo el movimiento 15M, en Mataró acamparon en la Plaza Santa Anna, que es lo que se entiende como “centro  neurálgico” propiamente dicho. Desde ese momento, cuando me indigno siempre digo en broma que “¡estoy por ir a acampar a la Plaza Santa Anna! “. Pues bien, resulta que el coordinador ha sido tan “INTEGILENTE” de enseñarnos la lista de personas que se tienen que hacer otra vez las pruebas. Por lo visto, los japoneses y los coreanos y los asiáticos, en general, no tenían ningún tipo de problema, pero todo el resto de internacionales tenían que hacerse, como mínimo, un análisis de sangre. A lo que yo emuló al señor Mourinho “¿PORQUÉEEEE, PORQUE?”. ¿Por qué unos sí y otros no? Y sobre todo, ¿os estáis quedando conmigo? Se suponía que con todas las pruebas que nos hicimos para que nos aceptaran en la universidad todo estaba correcto. Pero no. Al final, hemos llegado a la conclusión que nos han “timado” y que han ido a sacarnos el dinero, que los de intercambios tienen una especie de negocio mafioso con los de la clínica y “engañan” a los estudiantes para que vuelvan a pagar, ya que si tienes que entregar las pruebas en abril y luego eso “caduca” entonces hay algo que falla. Sobre todo después de que te digan que “si el médico dice que necesitáis hacerlas otra vez, pues las tenéis que hacer otra vez” ha dicho el coordinador. Y el tío se te queda mirando con una sonrisa, que en realidad es lo que más fastidia. Pero en fin. Tragas, callas, PAGAS, y luego, aunque no te hagan caso, PROTESTAS.

Pues bien, llegamos a la clínica, aunque antes tuvimos motivos de peso para ir al hospital, porque el conductor que nos llevaba a todos hizo un adelantamiento que un poco más y podía tocar la cara del conductor estirando el brazo. ¡Jesús, que kamikazes que son al volante!

Nada más llegar, vimos a gente todavía haciendo cola, porque para hacerse las pruebas había hoy dos turnos (mañana hay más turnos): el de las 8 y el de las 9.30. Estaban todavía allí porque entre la lentitud y que se dejaron algunos papeles, habían estado 1 hora y media allí esperando. Para que os hagáis una idea del asunto, hoy iban 38 (8:30) + 6 (9:30) = en total 44 personas a hacerse dichas pruebas médicas. Contando que como mínimo pagabas unos 40€ y como máximo 100€, vosotros mismos os podéis dar cuenta de que han hecho agosto, setiembre, octubre, noviembre, diciembre y se han comprado los regalos del fin de año en febrero con nuestro dinero.

La clínica tenía dos ventanitas en la planta baja: una en la que te introducían los datos, te hacían una foto y apuntaban qué pruebas tenías que hacerte; y otra para pagar. Como nota de información, en la pared de enfrente tenían un “listado de precios”, con todas las pruebas que podían hacerte y el precio. ¿Como cuando vas a la carnicería y tienes una lista? Pues igual.

Y nada, luego ya empezaba el juego.
¿Dónde te toca? A jugarrrrrrr.
Cruzabas una puerta, y había un pasillo muy largo con muchas puertas con un cartel, y depende de qué tuvieras que hacerte tenías que ir a una puerta o a otra. A mí me tocaba volver a hacerme un electro (por el tema del corazón grande por hacer deporte) y una análisis completo de sangre. A Laura y a Judit un análisis de sangre para las ETS, a Ariadna el análisis de sangre completo, y a Meri, TODO, porque resulta que en Barcelona se olvidaron de sellar la fotografía del certificado médico y no tenía validez (WTF!!!¿?¿?).

He llegado a la puerta donde hacían los electros y yo era el siguiente, pero como no sabía si te llamaban o qué, se me ha colado un chino delante de mis morros sin preguntarme siquiera si me tocaba a mí o no. ¡VIVA! Y nada, luego he entrado y me lo han hecho en un periquete: pinzas en muñecas y tobillos, ventosas y sin quitarme la camiseta ni nada, simplemente levantándola, ventosas en el pecho y en menos de 10 segundos, ¡SIGUIENTE!

Después ha tocado la extracción de sangre. Tras esperar un rato, me ha tocado a mí. Allí tienen una ventanilla tipo banco, y la enfermera está detrás. Le das el papel, estiras el brazo y te la saca medio a distancia. Y hoy me ha pasado algo que no me había pasado nunca: me ha clavado la aguja y no encontraba la vena. Suerte que he mirado hacia un lado, pero notaba como la iba moviendo en busca de sangre. Al final, ha cambiado de brazo, hasta me ha atizado dos tortazos en el brazo para encontrarla, y al final, ha podido sacarla. Suerte que al menos no he notado los pinchazos…

Lo siguiente ha sido esperar a la pobre Meri que tenía que hacérselo todo, hasta se ha tenido que hacer una ecografía y una prueba de orina. Que piensas, ¿pero cómo quieres que mee si no me dejas beber nada? Pero el bote que había que llenar, no era un bote propiamente dicho, era como un vaso de chupito SIN TAPA.
La cola de los que salían del baño tras la "muestra de orina"
Así que veíamos a la gente salir del baño con cara de asco y las manos manchadas (porque en los baños no tiene papel en ningún lado) llevando ese vasito sin tapa, para al final, solo coger unas gotas y lo demás tirarlo a una papelera que había allí al lado. No he tenido la “suerte” de hacer esa prueba, pero por las caras con las que salía la gente del baño, he tenido más que suficiente. Sobre todo teniendo en cuenta el famoso “agujero” de los baños chinos, del cual hablaré en mi siguiente entrada.

Necesitaba escribir esto para aliviar un poco mi indignación. Pero bueno, ya he pasado parte a los de Gestión Académica de la UAB, que van a pasar de mi cara como siempre, pero bueno, este palo me ha venido bien para estar todavía más pendiente de lo que estaba con todo el tema del papeleo y de las ganas que tienen aquí de sacarte el dinero, que te dicen una cosa y luego es otra y tienes que correr.

A pesar de la negatividad con la que está escrita esta entrada, no quiero que penséis mal ni os llevéis las manos a la cabeza. Estamos bien, ¡de verdad! y toda esta experiencia está siendo genial, disfrutando a tope y conociendo a gente realmente encantadora. “A veces dar un paso atrás, significa dar dos pasos adelante”. Esta frase la leí en un váter, pero quería compartirla con vosotros porque me hizo gracia la situación de estar yo meando y una frase tan trascendental en un baño. 

1 comentario:

  1. Voto la plaça santa anna com a patrimoni de la humanitat! jaajajajaja!!!

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