España. Grande y libre. Gran país, mejor nación. Fuerte,
poderosa, omnipotente. Gentes de todo tipo y la mejor comida del mundo ¡Qué
grande eres, coño! Essssspaaaañññññññññaaaaaaaa
¡Vale ya! Dejando el patriotismo a un lado, creo que lo
que hemos exportado hacia el mundo es realmente CUTRE y PATÉTICO. Siempre he
pensado que España tiene mucho más que sol, playa, alcohol, toros y sevillanas.
Pero no hay nada que hacer. Supongo que tenemos lo que nos merecemos.
¿A qué viene esta reflexión? La respuesta es muy simple.
El viernes por la tarde, bajé con el ordenador al lobby de la residencia y el único sitio libre que había era al lado
de un chico de Estados Unidos. En cuanto me senté, después de la típica presentación de
“¿cómo te llamas-qué haces aquí?”, vino el “¿de dónde eres?” y fue mencionar
SPAIN, y se le iluminó la cara. Pero no por lo maravillosos que son nuestros
paisajes, ríos y parajes, ni por lo buena que es nuestra gastronomía, ni por lo
saludable que es el aceite y el vino, ni la riqueza de culturas e idiomas, ni
tan siquiera la copiosa variedad de gentes y festejos. Nada de eso, nada más
lejos de la realidad. Sus ojos brillaban tanto porque pensaba que yo era un
fiestero empedernido y ese año iba a ser un poco mejor porque iba a
emborracharme cada día de la semana con él.
MARCHANDO
UNA DE CLICHÉEEEEEEEEEE!!!!!
¿Acaso yo le dije que me gustaba que fuera estadounidense porque comen hamburguesas, pueden llevar pistola y bailan country? Pero bueno
estaba tan emocionado por conocer a un “foreigner” que no le di importancia. Y
más cuando me dijo que el viernes había reunión con todos los internacionales.
Así que allí estábamos la noche del viernes. Para
conocernos algunos y reencontrarse la mayoría. Primero, unas cervezas en el
salón y luego a tomar algo a un bar llamado Hellen’s
que estaba a unos 10/15
min de la universidad. Un maldito antro, pero molaba. Solo deciros que las
cervezas son de 80cl y no llegan ni a un euro. Aquella noche conocimos a
franceses, portugueses, estadounidenses, brasileños, un ecuatoriano, italianos,
japoneses, un kazajo, un ucraniano y creo que no me dejo nadie, pero
seguramente había más nacionalidades por ahí sueltas. Aquello parecía un
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Y nada, en cuanto salía la palabra
SPANISH de nuestra boca, ya imaginaban fiesta, alcohol, farras y demás.
El bar de marras. |
MARCHANDO
SAN BENITO HASTA FINAL DE CURSO!!!!!!
Hay que decir que todo se debe, en parte, gracias al “esfuerzo,
empeño y dedicación” de las chicas que estuvieron aquí el año pasado. Chicas,
desde aquí: GRACIAS por liarla tanto.
Sin embargo, cuando llegamos a casa, la sensación que
tuve era tremendamente positiva. Un regusto de felicidad que me hizo recordar los
momentos vividos en Wolverhampton. Tianjin como ciudad no tiene mucho, corrijo,
no tiene nada, pero el ambiente con los estudiantes y el hecho de compartir
experiencias con gente de todo el mundo, seguramente harán de esta aventura un
gran capítulo de mi vida. Lo presiento.
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