Hoy me
gustaría empezar la entrada con una de tantas definiciones magníficas que
contiene la Real Academia de la Lengua Española, que además ha sido una
inseparable compañera de viaje desde que inicié la carrera de traducción.
visado.
(Del part. de visar).
En
definitiva, el visado (según una definición más “cursi” y metafórica) es la
llave que abrirá la puerta de las fronteras chinas el día de mi llegada. Me ha
costado 3 paradas de Renfe para llegar a esta definición (¡Ole yo!).
(Nota informativa: Todavía NO sé cuándo me marcho hacia China.
Agradezco vuestro interés/cariño/entrega/voluntad pero NO sé una fecha. Así que no me volváis a preguntar hasta que yo os
lo haga saber. Atentamente, Marc Rodríguez).
Hoy, 20
de Junio de 2012, tocaba levantarse cuando salía el sol con el objetivo de
visitar el consulado chino en Barcelona para solicitar el visado, condito sine
qua non para entrar en China. Cabe recalcar que la experiencia ha sido de lo más
curiosa y entretenida.
Con las
gafas de sol puestas a lo Risto Mejide para cubrir el orzuelo tan magnánimo y
pomposo que ha brotado de mi ojo derecho, he salido a las 8 de la mañana
dirección estación de Renfe para quedar con mi compañera Laura Béjar en BCN
City.
MR: ¿Dónde
vamos? ¿Dónde queda eso?
LB:
Avenido Tibidabo, número 34.
La cosa
no ha empezado del todo bien, porque después de subir gran parte de
la calle al final resultaba que no, que el consulado está en la otra calle que
sube paralela: Carrer Lleó XIII, número 34.
Pero
nada, unos cuantos metros de bajada, más caminata en línea recta y para rematar
un poco más de subida para llegar finalmente a la puerta.
Antes de
continuar con la entrada de hoy, quiero destacar el horario de este consulado,
para que no haya dudas o preguntas a posteriori.
Lunes,
Miércoles y Viernes de 9:30 a 13:30.
¡Exquisitez
china, señores!
Entramos por la puerta a eso de las 9:45 y la cola era ya
más que larga.
El
consulado, para curiosos y cotillas, era una casa de dos plantas muy coqueta
por fuera y rodeada de un pequeño jardín, con una piscina vacía y un garaje en
la parte posterior. Comparando los prominentes edificios del vecindario que
hemos visto por fuera mientras caminábamos, diría que es hasta “rancia”, pero
para ir a solicitar visados y ayudar a sus conciudadanos tampoco hace falta
lujos, ¡vamos digo yo!.
Mientras
estábamos en la cola, me han venido a la mente esas expresiones que usamos todos.
— ¡Funcionario tenía que ser!
— Esto de los funcionarios sólo
pasa en España.
— Los chinos trabajan de sol a sol
y los españoles no trabajamos ni los días nublados.
— Uno de la cola de paro trabaja
más rápido que un funcionario…
Y un
largo etcétera. Pues bien, ha llegado la hora de romper el mito: ¡los
funcionarios del consulado chino también son lentos y además hay pocas
ventanillas para atender a la gente! ¡¡AQUÍ OS LO DEJO!!
Después
de esperar durante más de una hora, hemos logrado llegar a la puerta. Yo estaba hasta
de los nervios…. Si teníamos que esperar tanto tenía que ser por algo, ¿no? A
lo mejor regalaban algo dentro o había un guateque montado. ¡Con el calor que
hacía y la desesperación uno se podía esperar cualquier cosa!
En la
puerta había un señor segurata que se aseguraba de que lleváramos el formulario
de solicitud bien rellenado y que no nos faltara nada por indicar. Tengo que
decir que, como toda solicitud para China, algunas de las preguntas, si más no,
eran extrañas de narices. Ejemplos:
—
Indique su nombre en su lengua nativa
O____O
—
¿Ha viajado a algún país del extranjero recientemente? Indíquelos (………)
—
¿Tiene antecedentes penales en China o en otro país del extranjero? T____T
—
¿Ha viajado a algún país extranjero dónde haya sido contagiado por alguna
enfermedad peligrosa? ¬________¬
Una vez
todo estaba rellenado debidamente, tocaba el turno de entrar. En la planta
superior sólo se veían puertas a las que no se podían acceder y en la planta
inferior/baja una tabla de precios en castellano y chino, una fotocopiadora
para los despistados, una mesa de información vacía, algunas mesas altas para
escribir alguna cosa que fuera menester y cuatro ventanillas con cuatro grandes
rótulos:
PAGO VISADO PASAPORTE CERTIFICADO
Aquello
era caos y desorden por doquier. Gente aquí y allá. Personas perdidas, otras
que, sin embargo, tenían más claro qué hacer.
Tras 25
minutos más de espera en la cola de la ventanilla de VISADO, por fin me han
atendido. Le he entregado el formulario y de repente la chinita me suelta un:
—Esto es
un formulario para estudiante, ¿no? ¡¿Y LOS OTROS PAPELES!?
Yo he
soltado un “¡Ah, perdón!” A lo que ella ha aprovechado para soltar un
improperio en chino sinónimo a un (puto lerdo, puto lento, cabrón, joder macho,
etc.). No sé cuál exactamente porque no la he escuchado bien.
NOTA MENTAL: Aprender bien los
insultos en chino antes de marcharme. Puedo evitar escenas ridículas en el futuro y
además voy a enriquecer mi vocabulario. ¡Gracias!
Y ahora
viene el MOMENTAZO de la mañana. Entra el segurata
en la salta y grita:
—¿De
quién es el coche que está puesto en mitad de la carretera?
(La sala
se ha sumergido en un silencio incómodo. Todo el mundo se mira buscando al
culpable/incívico).
—¿Nadie?
En esto
que una chinita que estaba en otra ventanilla hace un:
¿¿¿¡¡¿CHE!!??!??! (车= che = coche)
Y no se
le ocurre otra cosa que dejar a la funcionaria que le estaba contando algo
(ininteligible para mí) con la palabra en la boca, y todo para sacar las llaves
del coche del bolsillo y pedirle al segurata, con toda su jeta, que lo mueva
él, que ella no puede. El hombre al escucharla ha soltado un “¡AAAAAAHH!”, se
ha dado la vuelta y la ha dejado allí más colgada que un fuet. Total, que
viendo que todo el mundo la observaba con los ojos abiertos como platos, ha
mirado a la funcionaria, le ha dicho que volvía (eso sí que lo he entendido) y
ha salido corriendo. A-L-U-C-I-N-A-N-T-E.
De
vuelto a mi ventanilla, he visto como la chica que me estaba atendiendo se
estaba riendo por lo bajini. Finalmente, me ha confesado que le hace gracia porque
voy a la misma universidad en la que ella estudió, y que le hace especial
ilusión que me vaya para allá.
Y
entonces yo jajaja, y ella jijiji. Y pim pam pum, me ha dicho que la semana que
viene lo tendré. Y arreando que es gerundio.
Por
hacer un resumen de la 2ª fase del papeleo, esto es lo que me queda:
- Solicitar y recoger el
visado
- Rellenar y firmar el
contrato de estudios
Introducir datos bancarios para la beca- Comprar el vuelo
Encontrar residenciaContratar seguro médico- Entregar el documento de
compromiso
Recoger la credencial de becario- Tramitación del carné de
estudiante internacional
Teniendo
en cuenta que los vuelos están mirados, el visado lo tendré (si todo va sobre
ruedas) el próximo miércoles, y los otros dos documentos los entrego el viernes
por la tarde, la situación pinta bastante bien y sin grandes sobresaltos ni
estrés (¡Gracias a Dios!).
Seguramente
la siguiente entrada tendrá los vuelos como protagonista, así que permaneced
atentos que pronto tendréis noticias de cuando parto a tierras chinas
definitivamente.
¡Que
vaya bien! O como diría un chino:
慢慢走