miércoles, 20 de junio de 2012

Un visado, el segurata de la puerta y la loca del coche


Hoy me gustaría empezar la entrada con una de tantas definiciones magníficas que contiene la Real Academia de la Lengua Española, que además ha sido una inseparable compañera de viaje desde que inicié la carrera de traducción.
 
visado.

(Del part. de visar).

1. m. Acción y efecto de visar la autoridad un documento.



En definitiva, el visado (según una definición más “cursi” y metafórica) es la llave que abrirá la puerta de las fronteras chinas el día de mi llegada. Me ha costado 3 paradas de Renfe para llegar a esta definición (¡Ole yo!).


(Nota informativa: Todavía NO sé cuándo me marcho hacia China. Agradezco vuestro interés/cariño/entrega/voluntad pero NO sé una fecha. Así que no me volváis a preguntar hasta que yo os lo haga saber. Atentamente, Marc Rodríguez).



Hoy, 20 de Junio de 2012, tocaba levantarse cuando salía el sol con el objetivo de visitar el consulado chino en Barcelona para solicitar el visado, condito sine qua non para entrar en China. Cabe recalcar que la experiencia ha sido de lo más curiosa y entretenida.


Con las gafas de sol puestas a lo Risto Mejide para cubrir el orzuelo tan magnánimo y pomposo que ha brotado de mi ojo derecho, he salido a las 8 de la mañana dirección estación de Renfe para quedar con mi compañera Laura Béjar en BCN City.
 

MR: ¿Dónde vamos? ¿Dónde queda eso?

LB: Avenido Tibidabo, número 34.


La cosa no ha empezado del todo bien, porque después de subir gran parte de la calle al final resultaba que no, que el consulado está en la otra calle que sube paralela: Carrer Lleó XIII, número 34.
Pero nada, unos cuantos metros de bajada, más caminata en línea recta y para rematar un poco más de subida para llegar finalmente a la puerta.
Antes de continuar con la entrada de hoy, quiero destacar el horario de este consulado, para que no haya dudas o preguntas a posteriori.

Lunes, Miércoles y Viernes de 9:30 a 13:30.

¡Exquisitez china, señores!

Entramos por la puerta a eso de las 9:45 y la cola era ya más que larga.
El consulado, para curiosos y cotillas, era una casa de dos plantas muy coqueta por fuera y rodeada de un pequeño jardín, con una piscina vacía y un garaje en la parte posterior. Comparando los prominentes edificios del vecindario que hemos visto por fuera mientras caminábamos, diría que es hasta “rancia”, pero para ir a solicitar visados y ayudar a sus conciudadanos tampoco hace falta lujos, ¡vamos digo yo!.

Mientras estábamos en la cola, me han venido a la mente esas expresiones que usamos todos.
    ¡Funcionario tenía que ser!
    Esto de los funcionarios sólo pasa en España.
    Los chinos trabajan de sol a sol y los españoles no trabajamos ni los días nublados.
    Uno de la cola de paro trabaja más rápido que un funcionario…

Y un largo etcétera. Pues bien, ha llegado la hora de romper el mito: ¡los funcionarios del consulado chino también son lentos y además hay pocas ventanillas para atender a la gente! ¡¡AQUÍ OS LO DEJO!!
Después de esperar durante más de una hora, hemos logrado llegar a la puerta. Yo estaba hasta de los nervios…. Si teníamos que esperar tanto tenía que ser por algo, ¿no? A lo mejor regalaban algo dentro o había un guateque montado. ¡Con el calor que hacía y la desesperación uno se podía esperar cualquier cosa!

En la puerta había un señor segurata que se aseguraba de que lleváramos el formulario de solicitud bien rellenado y que no nos faltara nada por indicar. Tengo que decir que, como toda solicitud para China, algunas de las preguntas, si más no, eran extrañas de narices. Ejemplos:
    Indique su nombre en su lengua nativa  O____O
    ¿Ha viajado a algún país del extranjero recientemente? Indíquelos (………)
    ¿Tiene antecedentes penales en China o en otro país del extranjero? T____T
    ¿Ha viajado a algún país extranjero dónde haya sido contagiado por alguna enfermedad peligrosa? ¬________¬

Una vez todo estaba rellenado debidamente, tocaba el turno de entrar. En la planta superior sólo se veían puertas a las que no se podían acceder y en la planta inferior/baja una tabla de precios en castellano y chino, una fotocopiadora para los despistados, una mesa de información vacía, algunas mesas altas para escribir alguna cosa que fuera menester y cuatro ventanillas con cuatro grandes rótulos:

PAGO    VISADO    PASAPORTE  CERTIFICADO
 
Aquello era caos y desorden por doquier. Gente aquí y allá. Personas perdidas, otras que, sin embargo, tenían más claro qué hacer.

Tras 25 minutos más de espera en la cola de la ventanilla de VISADO, por fin me han atendido. Le he entregado el formulario y de repente la chinita me suelta un:
—Esto es un formulario para estudiante, ¿no? ¡¿Y LOS OTROS PAPELES!?
Yo he soltado un “¡Ah, perdón!” A lo que ella ha aprovechado para soltar un improperio en chino sinónimo a un (puto lerdo, puto lento, cabrón, joder macho, etc.). No sé cuál exactamente porque no la he escuchado bien.

NOTA MENTAL: Aprender bien los insultos en chino antes de marcharme. Puedo evitar escenas ridículas en el futuro y además voy a enriquecer mi vocabulario. ¡Gracias!
Y ahora viene el MOMENTAZO de la mañana. Entra el segurata en la salta y grita:
—¿De quién es el coche que está puesto en mitad de la carretera?
(La sala se ha sumergido en un silencio incómodo. Todo el mundo se mira buscando al culpable/incívico).
—¿Nadie?
En esto que una chinita que estaba en otra ventanilla hace un:
¿¿¿¡¡¿CHE!!??!??! (= che = coche)
Y no se le ocurre otra cosa que dejar a la funcionaria que le estaba contando algo (ininteligible para mí) con la palabra en la boca, y todo para sacar las llaves del coche del bolsillo y pedirle al segurata, con toda su jeta, que lo mueva él, que ella no puede. El hombre al escucharla ha soltado un “¡AAAAAAHH!”, se ha dado la vuelta y la ha dejado allí más colgada que un fuet. Total, que viendo que todo el mundo la observaba con los ojos abiertos como platos, ha mirado a la funcionaria, le ha dicho que volvía (eso sí que lo he entendido) y ha salido corriendo. A-L-U-C-I-N-A-N-T-E.

De vuelto a mi ventanilla, he visto como la chica que me estaba atendiendo se estaba riendo por lo bajini. Finalmente, me ha confesado que le hace gracia porque voy a la misma universidad en la que ella estudió, y que le hace especial ilusión que me vaya para allá.

Y entonces yo jajaja, y ella jijiji. Y pim pam pum, me ha dicho que la semana que viene lo tendré. Y arreando que es gerundio.

Por hacer un resumen de la 2ª fase del papeleo, esto es lo que me queda:
  1. Solicitar y recoger el visado
  2. Rellenar y firmar el contrato de estudios
  3. Introducir datos bancarios para la beca
  4. Comprar el vuelo
  5. Encontrar residencia
  6. Contratar seguro médico
  7. Entregar el documento de compromiso
  8. Recoger la credencial de becario
  9. Tramitación del carné de estudiante internacional
Teniendo en cuenta que los vuelos están mirados, el visado lo tendré (si todo va sobre ruedas) el próximo miércoles, y los otros dos documentos los entrego el viernes por la tarde, la situación pinta bastante bien y sin grandes sobresaltos ni estrés (¡Gracias a Dios!).

Seguramente la siguiente entrada tendrá los vuelos como protagonista, así que permaneced atentos que pronto tendréis noticias de cuando parto a tierras chinas definitivamente.

¡Que vaya bien! O como diría un chino:

慢慢走

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