Ya han pasado más de 2 meses desde que aterricé en Barcelona
procedente de China. Parece mentira, pero el tiempo pasa volando. Lo dije en la
última entrada que publiqué antes de volver, y lo vuelvo a decir ahora: aún
recuerdo los desajustes de los primeros días por casa, el maldito jetlag, el volver a comer bien sin miedo a probar lo que hay en el plato, reencontrarte con toda esa gente
que has estado tanto tiempo sin ver, el aire limpio y el cielo azul, el sol, el
mar (¡cómo se echa de menos el mar cuando no lo tienes cerca ni los ves por el
balcón!) y muchas otras cosas.
Esta entrada la tenía pendiente, es una forma digna, al menos eso
creo yo, de poner punto y final o el broche de oro a un año magnífico y cerrar
otro capítulo del libro de mi vida, este con el merecido título de LA MAYOR AVENTURA
DE MI VIDA.
¿Por qué negarlo? Lo ha sido, y sería un necio si no lo dijera a los 4
vientos. Ha sido una aventura que me ha ayudado en muchos sentidos: a nivel académico
(con el chino obviamente), a nivel personal (todo lo que conlleva
mantenerse y tomar tus propias decisiones) y a nivel cultural (entender
una cultura completamente distinta a la mía y entablar amistad con gente de
tantos países diferentes que no puedo contar con los dedos de la mano).
La idea de irse a china se me pasa por la mente por allá 2011,
así en un destello de esos tan extraños, de esos días que te levantas y te
preguntas “¿y si…?”. Y poco a poco, pasito a pasito, papel a papel, indignación
con Gestión Académica tras indignación con Gestión Académica, el sueño se
convierte en realidad, te asignan una plaza en la universidad de estudios
extranjeros de Tianjin, cerca de Pekín, y aquello tan lejano se convirtió
en cercano, y el lunes 27 de agosto de 2012, algo temeroso y con
nervios, pero con muchas muchísimas ganas, tomé un avión destino Pekín.
Aún recuerdo el primer día. ¡Cómo para olvidarlo! Tan
desconocido, tan nuevo, tan contaminado, tan sorprendido, tan inocente, tan
desorientado, tan ingenuo… Y así pasó que nada más llegar a Tianjin después de
sobrevivir a 3 horas de bus entre carreteras llenas de locos que se han sacado
el carné en la frutería de la esquina, un taxista tenía preparada la bienvenida
ideal: TIMADO CUAL PARDILLO PAGANDO EL VIAJE A PRECIO DE JAMÓN DE PATA NEGRA
DE CERDO QUE PASEA POR LA DEHESA. Y ya ver los alrededores del campus y la
“ayuda” de nuestro querido y mentiroso coordinador, no supuso una gran forma de
poner pie en un país a más de 9.000 kilómetros de tu casa, pero oye tú, que
estábamos en China, así que tocaba apechugar, tomárselo con filosofía y cambiar
el chip de inmediato: a exprimirlo al máximo, CARPE DIEM, coño (perdón
por el taco, pero es que me he metido demasiado).
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I (L) 天津· |
Ha sido un año espléndido y quiero ser lo más exacto y minucioso posible
al comentar todo lo más destacable de esta aventura. Espero no dejarme nada ni
nadie en el aire J:
1. A family in need,
is a family in need. El refrán no es así en inglés, pero me da igual. Todos estos
meses no he estado solo, no me fui a la otra punta del mundo a mi aire. Nanai. Me
fui muy bien acompañado. 4 chicas más se vinieron a China conmigo, supongo que
con objetivos y perspectivas similares a las mías a la hora de optar por una
beca en un país así, pero me alegro mucho de haber compartido tantos momentos
con ellas, que te digo yo: clases, deberes, ir al súper, montarse en un taxi,
partidas de cartas, comidas y cenas, películas, pasar frío, pasar calor,
tirarnos bolas de nieve, quejarnos de la contaminación, regatear en todas
partes, bádminton, charlas, confidencias, cotilleos, bailes, viajes PERO
SOBRETODO soportar a los chinos, esto último une a cualquiera. Desde este
espacio me gustaría ir dando las gracias a todas ellas una a una:
Ø Laura. Mi compañera de becas de la UAB. En Inglaterra
empezó nuestra primera aventura y en Tianjin terminó otra. Siempre ha
sido la cabeza fría del grupo, la que
nos ponía los pies en el suelo, la que te decía que había que acabarse la cena
del plato que no estábamos para tirar la comida a la basura. Su relación con
los chinos y con su gastronomía iba a días o semanas. Será muy difícil por no
decir imposible emprender otro viaje de las mismas características, pero por lo que hemos compartido, un
placer vivir tantos momentos contigo y suerte con tu nueva aventura, te deseo
lo mejor.
Ø Meri. Si hay una palabra para describirla esa es BONDAD.
Ha sido también la mamá del grupo, a veces también lo ha sido Laura, pero
ella ha adoptado el papel principal en la mayoría de ocasiones. Se cuelga al cuello la
banda a Cocinera del Año. También es muy soñadora, y no tiene ni pizca
de maldad, debe ser la influencia de Disney y de Doraemon, supongo. Con Meri
recordaré siempre sus paradojas y los momentos como el bolazo de nieve en la cara y el consecuente
apodo “Bola de Nieve”, ver “Luna: El misterio de Calenda” y su optimismo ante
casi cualquier situación.
Ø Ari. Puede que ella diga que nadie sabe
realmente cómo es, pero a mí no me engañas, Ari. Dura por fuera pero tierna
por dentro. ¡Sabes que tengo razón! Lo que más me gusta de ella es su sinceridad:
ella te suelta el comentario, si te gusta bien, y si no eso que te llevas. Eso me encanta.
Dispuesta siempre a salir a echar unos bailoteos y 1/3 del Trio Hamburguesa. A
su comida siempre le falta sal, SIEMPRE. Reina de las viejas en la brisca y con
brotes de locura momentáneos como ponerse a gritar una canción de forma random.
Ø Judit. La Drama Queen del grupo.
Situaciones insignificantes que ella convertía en exageraciones, suerte que
estábamos ahí para tranquilizarla. Tardona por sistema, lo que de poco le
supuso cenar en el pasillo más de algún día o que Meri la amenazara con echarle
tabasco en su plato. Lo suyo es alma y entrega. Reina del Skype y de las
situaciones ridículas. Obsesionada con la contaminación. Si quieres alguien que
te ayude a organizar un viaje, buscadla, es de las mejores.
Pero la “familia” no termina ahí. Hay una persona más…
Ø Carolina. Bautizada como “Mi peruana favorita”.
1/3 del Trío Hamburguesa, apasionada y peliculera como un culebrón. ¡Eres CHÉVERE,
latina! Puede que nos choteara en alguna ocasión, sobre todo, spoileando
series o colando palabras extrañas jugando al Scattergories, pero no pasaba un
día sin que hiciera de las suyas. Risueña, soñadora y con un corazón enorme. Y
que conste, que te extrañamos un montón y que no somos rahistas, por mucho que usted se empeñe en sacar el tema de la
reconquista cada 2x3.
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A family in need is a family indeed |
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:) |
Y aparte de estas fantásticas personas, haber compartido momentos tan
increíbles y surrealistas con Takuma (un japonés tan amigo que vino a
vernos a Barcelona y nos ayudó en todo durante los primeros meses); Fiamma
(mi preciosa “Feilin” que siempre tenía la sonrisa puesta y era redactora del
“Libro del Cotilleo Tianjin”); Caterina (una napolitana que llevaba la
fiesta en la sangre y si buscabas risas, allí estaba); Joana (una
portuguesa fiestera que fue la mejor compañera de pasillo de la historia); y
así muchos nombres más, Inés, Sara, Edgar, Todd, Mary, Lily, Austin, Laura, Carolina, Ian,
Arthur, Lauren, Tomy, Nathan, Alli, Martin, Ana, Aarón, Brígida, Sasha, Dimitri, Nikolay,
Hitomi, Kouki, las corenas de clase (pobres aún no sé cómo se llaman); y
también pedir perdón a todos aquellos que han sido carne de cotilleo, pero lo
ponían a huevo porque nuestra residencia daba pie a ello.
2. Caracteres chinos. ¿Y qué decir de las clases y de los
profesores? Era un p**o cachondeo. Esa universidad es la Sodoma y Gomorra de la
enseñanza del idioma chino. Sinceramente, allí aprobaba hasta uno que un día
entraba en clase sin tener ni papa del idioma por error, y le daban las notas
con todo aprobado. Mi nota más baja fue un 94 de 100, pero lo más
curioso es que podías sacar un 99,75, pero te quedabas con el 99,75, porque un
100 es ya demasiado. Necedades de los chinos, ya tu sabeh. Dejando a un lado todo eso, el volumen de trabajo realizado
y las horas empleadas no me las quita nadie. Puedo decir, con la mano en el
pecho que he hincado los codos como un cabrón, pero COMO UN CABRÓN. Sin
embargo, todo esfuerzo tiene recompensa, ya que conseguí aprobar el HSK 5
(un examen de nivel chino), de los 6 niveles que hay, así que ORGULLOSO DE
MÍ MISMO por conseguir tal hazaña. Nada más llegar me tuve que enfrentar a
una entrevista oral con un nivel bastante patético que casi ni me permitía
hacer 2 frases juntas y a profesores chinos dando explicaciones, y me fui de
allí entablando conversaciones más o menos razonables y entendiendo +80% de lo
que decían, así que contentísimo es poco.
Era lo que me tocaba si quería dar un
salto con este maldito idioma que parece que vaya al revés: cuanto más
sabes, más sensación tienes de que sabes menos. No sé si me he explicado bien,
pero los que estudiáis chino supongo que ya os habréis dado cuenta. Un idioma
que tiene más de 8 formas (yo al menos las tenía contadas) de decir inmediatamente, es una traición y una
putada como una catedral. El problema es que cada palabra tiene un matiz que
las distingue, es decir, un “inmediatamente” es ahorita mismo, otro es un
“inmediatamente” no ahora mismo sino en 1 minuto, otro “inmediatamente” que
sólo ocurre en el futuro, otro “inmediatamente” que marca una continuidad… y
así hasta que tu ya te tiras por la ventana porque no hay forma humana para un
no-nativo de entender la diferencia. Y ejemplos como ese hay infinitos. Luego
está el aspecto cultural en la lengua. Me explico: imaginaos que tenéis
que hacer una frase en chino con una palabra. Lo lógico es que pienses una
frase en castellano y la traduzcas al chino, el problema es que luego se la
enseñas al profe o a un chino y te dice “Entiendo lo que quieres decir, pero
nosotros no decimos eso”. Recuerdo un caso muy claro, un ejercicio en el
que tenías que usar la estructura “como mínimo … como máximo …”. Yo
quise poner, “si fumas mucho, como mínimo toserás mucho y como máximo morirás”,
y una china me dijo que estaba loco poniendo eso, que como mucho se puede decir
que “es malo para el cuerpo”, lo de morir era un caso extremo que en la cultura
china se obviaba. Y así situaciones infinitas que se repetían a diario. Todas
esas correcciones me sirvieron para entenderlos un poquito más. Respecto al profesorado, pues ha habido de
todo, aunque debo confesar que bastante bien en general.
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True story |
Unos más que otros,
pero todos han conseguido enseñarme algo, aunque sólo sea preguntarte cosas
como “¿te gustan los puentes?”, “¿Entiendes el significado de la
palabra DVD?”, “¿cómo no vas a encontrar trabajo con lo guapo que eres?”
o ya cosas tipo “cuéntame una buena noticia antes de comenzar la clase”
o “si miráis por la ventana eso que veis es contaminación, CONTAMINACIÓN
JAJAJAJAJA”, “¿y esto en Portugal como va?”.
3. Tianjin/China. ¿Qué decir? Es un tema muy amplio, quizá en
otra entrada haré una serie de advertencias y consejos que todo el mundo
tiene que tener en cuenta si viaja a China con el motivo que sea, negocios,
estudio o turismo. Tianjin, como ciudad, es bastante basura, no voy a
negarlo. Es una de las ciudades con más flujos de población, especialmente por
la gran cantidad de industria y negocios que se establecen allí. Es una de esas
ciudades que si vas de viaje, detenerse para visitar algo es una auténtica
perdida de tiempo porque no hay nada destacable, a grandes rasgos. Cuatro
parques tradicionales, cuatro edificios curiosos, varias zonas de restauración
y tiendas y poca cosa más. Por otro lado, China es tan grande que tiene
paisajes, climas y estilos de lo más distintos, dentro del mismo territorio. Mi
año me ha llevado a visitar varios puntos tan pintorescos y distintos como Pekín,
Harbin, Taiyuan, Datong, Xian, Shanghai y Suzhou.
Creo que he podido
visitar más ciudades, me quedé con muchas ganas de pasarme por Qingdao
(aunque la gente que ha ido me ha dicho que la playa está sucia y que sólo vale
la pena ir por la fábrica de cerveza); Hong Kong y Sichuan. Tengo
pendiente escribir entradas sobre mis últimos destinos antes de volver a casa,
y el resto de viajes (Pekín, Harbin o Datong) podéis leer las entradas
respectivas en la etiqueta “Conociendo la Conchinchina” en el lateral derecho
del blog. Sólo puedo decir que cada viaje ha supuesto una aventura y he tenido
momentos que recordaré toda la vida.
4. Deportes. Tampoco puedo pasar por alto la rama
deportiva en China. A pesar de apuntarme a la piscina para ir a nadar un rato
de tanto en tanto (en la piscina viví situaciones de lo más curiosas, oiga), me
he introducido en nuevas disciplinas que han marcado mi paso por el gigante
asiático:
Ø Bádminton. Hubo una época que se convirtió en mi nuevo
hobby. Empezamos un día a jugar
porque la universidad nos facilitaba un día por semana durante hora y media
jugar, y desde el primer momento ya nos enganchó. Ya en el segundo semestre
íbamos por nuestra cuenta y nos compramos raquetas y volantes, de los baratos,
pero las compramos al fin y al cabo.
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Jonathan me cago en ti!! |
Nos lo llevamos tan adentro, que hubo un pique
bastante maligno y destructivo entre el dúo Ari/Judit y yo. Se les metió en la
cabeza que tenían que ganarme ellas dos contra mí y tras muchos sets, muchos
días, mucho sudor, ese momento nunca llegó a ocurrir. ¡Lo siento chicas J! A la próxima será. Los partidos eran tan
intensos por parte suya que hasta tuvieron que crear un alter ego, me
rebautizaron con el nombre de JONATHAN, para poder cagarse en mis huesos
en mi cara sin que me afectara. Han llegado a pedir perdón por tanto insulto,
pero lo que pasa en el campo, en el campo se queda. Con el bádminton la cosa no
quedó ahí, conseguí hasta traerme un trofeo a casa, el de subcampeón de
estudiantes extranjeros que organizó la universidad. Lo organizaron muy mal,
porque yo fui el que jugó más partidos, y tanto el campeón como yo, perdimos
con el profesor, pero el se llevó el 1r puesto, sin siquiera jugar contra mí.
Me gustaría justificarlo, pero es que la mentalidad china es así, no hay que
darle más vueltas. Lo voy a echar en falta, porque aquí hay gente que no sabe
ni lo que es, pero bueno, la copa queda muy bonita en la estantería de mi casa.
Ø Indiaca. En castellano conocida con ese nombre, en
china mucho más popular y común, llamada 毽子 (jian zi).
Consiste en un soporte con plumas que hay que chutar con el objetivo de hacer
pases. Es un partimiento. Lo mejor es que parece muy fácil, porque los ves a
ellos que en cualquier parte (en el super, en la calle, en una tienda…)
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毽子 |
están
dando toques, pero en cuanto te pones, si llegas a 4 toques seguidos aquello es
un despiporre. Cuando hacía buen tiempo solíamos ir a echar unos toques después
de comer para echar unas risas y la habíamos llegado a liar hasta tal punto que
la gente que estaba 12 pisos más arriba nos escuchaba gritando. Mi famoso grito
de guerra UKELAAAAAAAAAAAAAAAAAAN era mítico. Me llevé uno de recuerdo,
así que puede que algún os proponga echar unos toques, ¡estáis avisados!
Ø Taichi con abanicos. Conocido en chino como 太极扇 (tai ji shan). Esta actividad no la practique porque se suponía que se
me iba a solapar con otra actividad que explicaré a continuación. Al final pude
haberla hecho, pero ya era tarde para apuntarse. Las chicas se lo pasaron
bastante bien, porque eran movimientos de baile y artes marciales con un gran abanico
rojo que tenían que ir abriendo o cerrando dependiendo de la coreografía. Todo
era para preparar una actuación para un evento deportivo en nuestra
universidad, pero luego les pidieron hacerla una y otra vez hasta que acabaron
hasta el gorro de abanico, trajes blancos y pasos de baile. ¿Veis la foto? Más
monas ellas…
Ø Remo. Esta actividad ha marcado mi paso por
China, sin lugar a dudas. No me apunté a lo del abanico porque se suponía que los
entrenamientos empezaban más o menos por las mismas fechas, pero por falta de
gente, empezamos un mes más tarde de lo planeado. Consistía en un equipo de 10
personas montados en una barca que representaba un dragón y remando. Fácil,
¿no? La universidad había sido invitada a presentar dos equipos (coreanos y
europeos) en una competición de este tipo de embarcaciones en otra ciudad, Taiyuan
en Shaanxi, para celebrar una de las festividades más conocidas de china (como
es muy larga de contar os dejo un enlace externo por si os interesa saber más http://spanish.china.org.cn/spanish/96363.htm).
Los equipos eran mixtos, 6 chicos y 4 chicas, pero después de muchos cambios y
de la imposibilidad de encontrar a chicos dispuestos a apuntarse, al final
acabamos siendo 6 chicas y 4 chicos. Nos llevaban a entrenar con unos chinos de
una universidad que estaba a 1 hora de la nuestra, que nos enseñaron cómo
remar, cómo colocar el cuerpo, cómo imprimir más fuerza en los movimientos, etc.
Nos llevaron hasta a hacer gimnasio. Hubo un par de handicaps bastante gordos, que casi me llevan a dejarlo: uno,
que entrenábamos dos días por semana y uno de los días se me solapaba con un
trabajo de clases de castellano que tenía; y el otro fue que la competición
coincidía con la semana de mi examen oficial.
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Ola k ase? remas o k ase? |
Sin embargo, todo tuvo solución,
se despejaron las nubes y al final seguí adelante y me alegro mucho de haberlo
hecho. No sólo hice ejercicio (al aire libre contaminado, sí, pero ejercicio al
fin y al cabo), hice más compañeros, practique chino con los monitores y lo más
importante, me pagaron un viaje por la cara a todo trapo con los gastos pagados
y formé parte de una competición a nivel mundial con equipos profesionales y
conseguimos el 6º mejor tiempo en los 200 metros, incluso
ganando una carrera; esto último fue uno de los momentos de mi año en China,
todos dándonos abrazos y con la copa y un diploma para casa.
5.
922/1228. Son los números
de las 2 habitaciones que ocupé en la residencia. Ahora que ya me he marchado
ya los puedo publicar (creo que no lo había hecho nunca). Recuerdo que antes de
viajar a China tenía bastante claro que quería tener una habitación
individual, pero las cosas no salieron del todo como yo tenía planeado,
porque los de la recepción se negaron en rotundo que ocupara una; y el precio,
además, era el doble de caro. Con el shock
cultural encima, hacerme la idea de que tenía que compartir habitación con
alguien desconocido todo el año (las chicas, obviamente se agruparon) no me
hacía puñetera gracia. Sin embargo, visto desde la distancia ahora y con el
paso de los días cuando estaba allí, he de confesar que tuve muchísimas suerte
y también por el bien de mi cuenta corriente y por como resultó todo al final,
me alegró de haber acabado compartiendo habitación. Durante este año tuve 3
compañeros, cada uno de su padre y madre y con sus más y sus menos:
Ø Dimitri. Mi querido Dimitri. ¿Cómo voy a olvidar a
este bonachón ruso con cara de sabueso pero tierno como un cacho pan que no
sabía ni jota de inglés, ni de chino pero que hacía esfuerzos titánicos para
intentar entenderse conmigo? Cuando entré en la habitación y la vi ocupada y vi
el pasaporte ruso encima de la visa, me cagué en todo, pero he de reconocer que
tuve bastante suerte, teniendo en cuenta lo que campeaba por la universidad. El
único “pero” no lo tuve con él, lo tenía con su novia, Natasha, cuya
sola presencia me ponía enfermo. Más de una vez me la encontraba en la
habitación sola viendo la TV o haciendo deberes en su mesa esperando a que él
llegara porque él iba a buscar algo para cenar. Las ostias que le daba al pobre
muchacho porque era una zorra manipuladora o las llamaditas a las 7 de la
mañana tampoco es que ayudaran a la convivencia. La suerte me acabó de sonreír
cuando ella tuvo una discusión con su compañera de habitación, se fue y se
quedó sola, por lo que Dimitri se fue a vivir con ella, y yo me quedé
prácticamente solo, ya que sólo venía a ver una película los sábados o a coger
alguna cosa que se había dejado (por cierto, El Señor de los Anillos en ruso es
un truñaco).
Ø Sasha. Antes de volver a casa en enero dejé la
habitación para no pagar mientras estuviera fuera y al volver en febrero me
cambié de piso, ya que Carolina se fue a vivir con Fiamma al 12º piso y
como Laura y Meri también tenían pensado cambiarse por temas de espacio y
porque la ducha era una mierda, decidimos irnos todos a ese piso para estar más
cerca. Al final conseguimos estar puerta con puerta, así que perfecto. Estuve
una semana y media solo hasta que llegó Alexander, más conocido como Sasha,
de 19 años y ruso también. Lo que más me gustó es que ese mismo día, nada más
llegar, empezó a hablar conmigo y en 1 hora hablamos más que con Dimitri en 4
meses. Tampoco es que hablara mucho inglés, pero más o menos se defendía y
podíamos tener una conversación de roomates
en condiciones. Problemas con Sasha no hubo ninguno, muy buen rollo en todo
momento. Una de las cosas que más curiosas que viví fue cuando me pidió no
correr las cortinas al irme a dormir (mi cama era la que tocaba la ventana),
porque así entraba el sol, se levantaba e iba a clase, para mí eso era como
mezclar el tocino con la velocidad, pero bueno, cuando empecé a dejarla abierta
iba un poco más a clase, porque de normal ni pisaba el aula. Otros momentos que recuerdo, por ejemplo, un
día que me despertó por sus gritos porque se le cayó una tabla de cortar que
tenía encima del armario en toda la cocorota; o una noche que empezó a tronar,
los dos nos miramos asustadísimos, corrimos las cortinas y vimos que eran
truenos y no bombas. Ahora que ya ha pasado todo puedo decir que había una coña
general con las chicas porque a Ari le gustaba un poquitín (ha llegado el
momento de confesarlo) y pasaban situaciones tan ridículas como Ari venía a mi
habitación a devolverme cualquier tontería y tenía que hacer que no escuchaba
que llamaban a la puerta y él abriera para poder verlo. Al final, su mejor
amigo en la residencia se quedó sólo y decidió mudarse con él, totalmente
comprensible. Me sorprendió cuando me pidió perdón al marcharse. Seguimos
viéndonos por el lobby e incluso
llegamos a enseñarle a jugar a la brisca, una amistad más que me llevé de
Tianjin.
Ø Tibhau. No sé si se escribe así, la verdad que
nunca le pregunté. Este fue la última persona con la que compartí habitación.
Francés y un año más joven que yo. Su llegada fue como el rayo: Sasha se fue y
poco después llegó él, rogándome poderse cambiar conmigo porque vivía con un
coreano con el que ni hablaba y se pasaba el día cotilleándole el ordenador, incluso
entorpeciendo sus conversaciones de Skype. En aquel momento acepté, ya que
podría entenderme con él con facilidad y parecía buen chaval. Nuestra relación
tampoco es que fuera muy estrecha, no nos llevábamos mal, pero él aparte de ir
a clase y Skype poca cosa más hacía. Bueno tampoco limpiaba, aunque le dejaras
todos los productos al ladito de su cama con una indirecta “LIMPIA, CERDO”,
que no servía, pero bueno, no me iba a discutir con él por eso. Lo que
realmente me incomodaba eran ciertas conversaciones que mantenía por Skype. Su
novia, cuya nacionalidad era china por cierto, vivía en Chengdu, una
ciudad al sur de China. Compartían el mismo huso horario y ambos eran
estudiantes así que tenían tiempo de sobras hasta de contarse cuántos azulejos
había en la pared del baño, porque se pasaban el día enganchados a la pantalla
del ordenador. Hablaban en inglés, por lo que entendía todo, y a mí que
hablaran no me molestaba, yo lo hacía cada día con mi adorable madre y no pasa
nada. ¿Dónde está el PERO? Cuando a mí se me disparan los niveles de
azúcar y dopamina debido a que sus conversaciones se convertían frecuentemente
en “te quiero, te quiero, sólo pienso en ti, te quiero, eres la mujer de mi
vida, no sé que haría sin ti, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, tengo
claro que me quiero casar contigo” y un largo etcétera de términos y frases
ñoñas que me provocaban náuseas. Llamadme insensible si queréis. Eso cuando no
le daba a ella por montarle un pollo o llamarle que le daba un ataque de
ansiedad o él se ponía celoso porque ella estaba hablando con su compañero de
piso. Un sinfín de situaciones que yo evitaba al máximo. Al final encontró un
trabajo en la misma ciudad donde vivía su novia y para allá que se fue a vivir
su amor y a trabajar, que era el motivo que lo llevó hasta en China en primer
lugar, de idioma, naranjas de la China. Con su marcha, me quedé solito hasta
que dejé la habitación a finales de junio. Se vive mejor solo, pero oye, una
experiencia que me llevo para el libro de la vida.
6.
Sucesos. Otra de las cosas
que no puedo pasar por alto en este resumen, son todos aquellos sucesos que han
llenado portadas de periódicos o han causado estragos durante todos estos
meses. Espero no dejarme ninguno:
Ø Toque de queda. Debido al conflicto entre Japón y China,
por la adquisición de unas islas. Estuvimos 3 días en los que no podíamos salir
de la residencia a partir de las 10 de la noche y los japoneses tenían
terminantemente prohibida la salida al anochecer. Hubo un japonés que se llevó
un puñetazo en la cara. Los profesores dijeron que era por todo este tema,
luego me enteré de que iba bebido y que fue él el que buscó que le calentaran,
así que…
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tokedekedaaaaa |
Cuando llegó el 1 de octubre, coincidiendo con el Dia
Nacional, se dejó de hablar misteriosamente del tema, como si no hubiera
pasado nada. Los chinos dominan casi tan bien el tema de las cortinas de humo
como nuestro querido Gobierno. Nosotros esto nos lo tomamos a pitorreo, pero
hay que afrontar con humor situaciones como esta.
Ø Altas temperaturas. Que iba a hacer frío durante el
invierno y calor en verano estaba cantando. Nos lo dijeron los del año anterior
y cuando preguntamos a los chinos de allí nos lo volvieron a confirmar. Sin
embargo, lo digo otra vez por si no queda claro, ¡P**O FRÍO/P**O CALOR!
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let it snow, let it snow, let it snow... |
Peor que el frío, por eso, era el viento, que cuando soplaba no había manera de
evitar que te calara en los huesos por mucha capa que te pusieras encima. El
calor era pegajoso y agobiante, de esos calores que parece que estés metido en
una sauna. De nieve hubo poca, como de lluvia, pero bueno, ahí ya entramos en
conceptos de meteorología en los que yo prefiero no involucrarme.
Ø Contaminación. La famosa polución o contaminación fue
nuestra compañera todo el año. No podéis haceros una idea clara de lo mal que
se pasa al llegar. Recuerdo que casi vomito al salir por la puerta del
aeropuerto el primer día al respirar. Sin embargo, tienes que adaptarte como
puedes y vivir con ella, porque ahí está, por muy limpio que creas que está el
aire. Este año, antes de volver a casa después de navidades, en Pekín se llegó
a alcanzar la cifra récord de 900 de contaminación (estamos hablando,
para que os hagáis una idea, de que a partir de 300 ya está considerado
peligroso para la salud). Una de las fotos más populares fue la que no se podía
ver la puerta del cuadro de Mao desde la plaza de Tiananmen.
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¿Contaminación? ¡Qué va! |
Nosotros estábamos
a más de 200
kilómetros, pero llegamos a estar a más de 600 si no me
equivoco. Y así fuimos viviendo. Lo normal era estar sobre los 150. Luego hubo
una temporada que le dio por llover a mares por la noche y tronar, que era aún
más frustrante, porque te levantabas pensando que el cielo estaría azul, y
seguía tapado y más contaminado que el día anterior. ¿Y qué haces? Te resignas.
Te pasas dos semanas sin ver el cielo y cuando sale el sol y lo ves, casi te
dan ganas de echarte a llorar.
Ø Corea. Los supuestos demoledores misiles de Corea
del Norte también se tradujeron en momentos de tensión e incertidumbre. Yo
estaba bastante tranquilo porque Corea y China tenían un acuerdo de NO al
fuego, por motivos económicos y por la proximidad de territorio, pero nunca se
sabe. El dirigente coreano está “un poco para la izquierda” que diría un
inglés. Leías la prensa y tampoco sacabas nada en claro. Lo que más ¿gracia? me
hacía eran las coreanas (de Corea del Sur) de mi clase, que les preguntabas y
entre risas te contaban que no pasaba nada, que todo saldría bien. Pues bien,
al final no pasó nada, fueron transcurriendo los días y al final nada de
misiles. Mucho mejor, oiga.
Ø Gripe aviar. ¿Qué sería de China sin una buena
enfermedad contagiosa? Cuando tuvo lugar la última, que también tuvo origen en
China por cierto, pensaba que se había originado por la enorme densidad de
población, pero al haber estado allí y haber visto el panorama, sinceramente,
no me extrañada NADA que se originen, es más, lo que me sorprende es que
no haya más. Quizá el gobierno hace un poco de censura en este tema. El virus H7N9,
como lo bautizaron, o la gripe del pollo o la gallina aparecía en gente mayor y
niños que estaban en contacto directo con estos animales. Se extendió rápido
pese a que los periódicos hablaron del tema y se dijo que se tomaron medidos,
algo que hicieron “bien”, porque la anterior lo quisieron tapar y cuando lo
publicaron no había sitio para los muertos. Pese a que brotó en el sur, llegó
hasta Pekín y luego a Tianjin. Nosotros, a consecuencia de esto, dejamos de
consumir y pedir platos que tuvieran pollo (aunque a veces la carne que te
ponían no sabías si era perro, pollo, gato o caballo), cocinábamos aún mejor
las cosas y evitábamos pasar por una calle por la cual se paseaban tres
gallinas tan campantes. Al final, se dejó de hablar y aunque hubo fallecidos,
la gripe se quedó ahí. Por si os queda la duda, volvimos a comer pollo.
Ø Terremotos. Aún recuerdo cuando un día entro en el
correo y me encuentro un emilio de mi madre preguntándome si estamos bien y si
hemos notado algo del terremoto. ¿Terremoto, qué terremoto? Este año,
que yo me enterara, hubo 3: uno en octubre, y los otros dos más graves uno en
abril y el otro en julio al poco de volver yo. Los tres fueron en zonas a más
de 1000 kilómetros
de distancia, así que estábamos totalmente fuera de peligro. Tianjin es una
zona bastante segura respecto a sufrir terremotos por su situación geográfica,
pero nunca se sabe. Supongo que las preguntas de cómo estas se debe a
leer titulares de “Terremoto en China” y saltan las alarmas. No hubo seísmos,
todo bajo control.
Ø Accidentes. Otra de las cosas que me llamaba la
atención eran esos momentos en los que hacía Skype con mi madre y me contaba
“he leído que se ha salido un autobús de una carretera, se han matao unos
cuantos”, “¿Eso dónde?” “En China”. ¡Claro! Cómo China es tan pequeñita… Hubo
miles de accidentes, que viendo como conducen me parece absolutamente normal
que ocurran, pero hay que comprender, queridos lectores, que China es G-I-G-A-N-T-E-S-C-A.
7.
Los hijos de Mao. Sobre la población
china, en general, haré otra entrada más adelante. Sólo diré una cosa que creo
es muy relevante: Nunca subestiméis a un chino ni os fiéis de ellos.Aquí me
quiero centrar más en el 0,00000000000000000000000000001% de chinos que he
tenido la suerte/desventura de conocer o estudiar.
Ø Para empezar, las 4
chinas de tándem (Delfina, Vera, Gloria e Irene), con las que estuve un
curso entero compartiendo deberes, frases, risas, explicaciones ininteligibles
y conversaciones absurdas. Recomiendo al 100% aceptar un intercambio
lingüístico para mejorar el idioma. Es una de las formas más prácticas de
aprender el idioma.
Ø No me gustaría
pasar por alto, al señor Li Peng,
nuestro coordinador de intercambios. Se lleva el premio al chino del año. Nos
engañó infinidad de veces como sólo un chino sabe, nos hizo correr, nos hizo
cabrearnos, le tocamos las pelotas en compensación por los daños y perjuicios y
al final quedamos como “nos saludamos para quedar bien”.
Ø También quiero
hablar de los niños a los que enseñé español durante un par de meses.
Puede que a veces pasaran de mi cara, que me hicieran fotos todo el rato, que
no aprendieran una mierda, pero lo que me llegué a reír y aprender en aquellas
aulas, no tiene precio.
Ø Especial mención
también a la que nosotros llamábamos china cansina. No podía ser más
pesada porque no entrenaba. Su función se podía comparar a la de una delegada
de clases. Era verla por los pasillos de la universidad o por el lobby y ya temblaba.
Ø Dar las gracias a
los 5 chinos que nos enseñarnos a remar sin querer matarnos a golpes de
remo, por no desanimarse con nosotros, por animarnos en todo momento y por el
regalo de cumpleaños que me hicieron, que celebrar un aniversario lejos de casa
y sin los tuyos y que aún así sea bonito y especial, tiene mérito.
Ø A todos los chinos
que trabajaban en la piscina del campus: la recepcionista simpática que
quería aprender español, el socorrista cotilla, el socorrista que se cocinaba
verduras y apestaba todo el recinto, el entrenador que atizaba con una vara de
bambú a sus pupilos, los chinos que se picaban en el carril de al lado sin
éxito y muchos otros que me dejo.
Ø Los chinos que trabajaban
en la recepción de la residencia. Había desde simpáticos hasta bordes de
mierda. Si hacían bien su trabajo o no, ahí ya no quiero entrar.
Ø A las limpiadoras
de la residencia, porque es difícil ser más cotillas que las viejas de los
pueblos, pero estar a la altura tiene mérito.
Ø A los chinos que arreglaban
los estropicios de nuestra residencia, que aparecían cada dos por tres (luz
fundida, grietas, ventanas que no cierran o no se abren, se va la electricidad,
no funciona internet…); sus reparaciones se parecían un poco a las de Pepe
Gotera y Otilio, porque eran unos chapuceros de cuidado, pero se lo pasaban
bien y se resignaban como tu cuando te encontrabas con un problema en tu
habitación.
Ø A todos los profesores
que, mucho o poco, han contribuido a la mejora de mi nivel de chino. 谢谢您门.
Ø A los de la oficina
de intercambios que se sabían mi nombre sin yo haberme presentado y pese a
los quebraderos de cabeza, se han portado bastante bien con nosotros.
Ø A Bob, el
chino pringado de la oficina que hacía todo el trabajo sucio y me enseñó a
jugar a bádminton.
Ø A los camareros
del Western, un restaurante de la cantina de la universidad, porque para
bien o para mal nos han hecho ir tantas veces aunque la comida tuviera muchos
días una pinta dudosa y nos dieran ardores.
Ø Al señor de la
cantina que barría el suelo con dos escobas y siempre saludaba.
Ø A la señora que
vendía billetes de tren en la frutería cercana a la universidad, ya que
comprar allí siempre suponía una aventura y a lo mejor te hacía volver otro día
que no era o te enviaba a otro destino.
Ø A la mujer de
correos de la universidad. Pido perdón por todos los improperios que solté
sobre ella: todos los envíos llegaron a sus destinos y esa mujer siempre te
recibía con la sonrisa puesta.
Ø A todos y cada uno de
los taxistas chinos por enseñarme que ir en taxi podía suponer la muerte
o la estafa y por contribuir a mejorar mi nivel de oral siempre que estaban
dispuestos a intercambiar unas palabras con un extranjero.
Ø Al chino cuyo
trabajo en el supermercado era dar carritos y que siempre saludaba porque le
hacía gracia saludar a un extranjero.
Ø A los chinos que
caminaban andando de espaldas.
Ø A los chinos que se
daban azotes en la espalda mientras caminaban de espaldas.
Ø A la china que
hacia taichi o un arte marcial china
rara y gritaba yiiiiiiihaa, yiiiiiiiha.
Y esto ha sido todo, haciendo un poco de síntesis. Un año completo e
intenso con experiencias inolvidables. Meses llenos de historias, momentos y
sucesos. Días plagados de anécdotas.
Reconozco que he necesitado un poco de tiempo para “desintoxicarme” un poco de China, en muchos aspectos. Sin embargo,
una parte de mi echa de menos la locura por la que se rige ese país.
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Gastronomía china |
No descarto volver algún día. No sé cuándo, si será pronto o dentro de
muchos años, pero hay algo dentro de mí que me dice que acabaré volviendo, no
sé si para estudiar o para trabajar o para viajar, pero volveré a poner pie en
territorio chino. Simplemente lo sé.
Respecto a este blog, ¡qué decir! Gracias por hacer que llegue a superar
las 4.000 visitas, que se dice
rápido, pero son un montón; gracias por estar al otro lado leyendo ni que sea
una entrada y gracias por las críticas y los elogios J. Recibir comentarios que leerme os sacaba
una sonrisa, a mí ya me hace el bloguero más feliz de la red de redes.
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福 = FU = FELICIDAD |
¿Qué pasará con el blog ahora? Gracias por la pregunta. Por lo pronto,
tengo varias entradas pendientes de los viajes que hice antes de volver
que iré publicando poco a poco y tengo en mente seguir publicando entradas con
traducciones de canciones, comentarios de libros o películas y artículos con
noticias chinas que aparezcan en prensa. A Relatos
de un tal Make todavía le queda mucho por vivir y por contar.
No quiero cerrar mi entrada sin antes presentaros una expresión en chino
que descubrí en el último texto que preparé para la última clase. Es la
siguiente:
病从口入,祸从口出
bing cong kou ru, huo cong kou chu
Literalmente “la enfermedad entra si la boca está abierta, la mala
suerte sale por la boca”. Lo que quiere decir que hay que pensar bien lo que se
dice antes de abrir la boca, es decir, nuestro equivalente en castellano a “en
boca cerrada no entran moscas”.
Un abrazo a tod@s y muchas gracias de nuevo,
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中国 |