miércoles, 5 de septiembre de 2012

¡Chineando a tope!


Ya ha pasado la primera semana. Parece mentira. La sensación que tengo es bastante extraña: por un lado, parece que hay pasado más tiempo, como 2 o 3 semanas, pero por otro lado, el tiempo va tremendamente despacio. Es un sentimiento un poco bipolar, pero nada grave, o eso creo yo. Estos días han pasado algunas cosas que me gustaría compartir por aquí.

1.   Volver a empezar otra vez. No encuentro un título mejor. Aquella canción tan repetitiva y tediosa que ponían en un anuncio para recordar a padres e hijos que volvían las clases. ¡Qué sensación! Era un poco como cuando eras pequeño y sí tenías ganas de volver a comenzar. Con ganas, pero asustado porque no sabes con lo que te vas a encontrar. A día de hoy, confirmo que me quedo en el intermedio 2, primero porque creo que es “mi grupo”, y segundo, porque ya me he comprado los libros y creo que no me dejan devolverlos. Así que alea iacta est. En cuanto a las asignaturas y a los profesores, al final, “Chinese conversation” consistw en ir repitiendo frases y decir frases en voz alta de estructuras gramaticales, por lo tanto, mejor de lo pensado;
Nuestro pan de cada día. 
“Extensive Reading”, mi profesor es el mismo que me hizo la segunda entrevista y habla despacio, así que se le entiende bastante bien, por lo tanto, aceptable; sin embargo, en “Intensive Reading” tenemos una señora, que pese a ser entrañable a más no poder (tanto como para levantarse de la silla y darle un abrazo y un buen beso de yaya en la mejilla), no se le entiende ni  jota. Pero ni por asomo, ni por iluminación divina. Es una cosa horrible. Entiendo frases sueltas, palabras, algún que otro carácter, pero lo que es la idea general de su discurso o explicación, NADA. Ni papa. Lo único que me consuela es que el 100% de la clase está igual, porque hay un chico que es americano, pero cuyos padres son chinos y tampoco se entera, así que de momento, MUERTE CONJUNTA EN LA CLASE M906. Aún así, este semestre se avecina duro, en cuanto al trabajo y al ritmo de deberes y clases. Creo yo que vamos a recibir más palos que un manifestante del 15-M. Pero para eso estamos aquí, para sobrevivir en el intento. Seguiremos informando…

2.   Móvil. La semana pasada comenté por aquí que íbamos detrás de un móvil chino. Pues bien, ya está casi hecho. El lunes, una china que conocimos en la cena del coreano, nos acompañó a la tienda (porque resulta que necesitas un chino para comprarte el número de móvil, para que sea como tu “garantía”, es decir, que si no pagas tú, paga ella), y nada más entrar nos preguntó qué número queríamos. En ese momento, pensé que podías inventártelo, pero nada más lejos de la realidad. Tenían en la tienda una pizarra con los números que tenían disponibles, y tenías que elegir el que te gustara más o el que te transmitía más “confianza”. El siguiente paso era elegir la tarifa, que al final era por poco más de 2€ al mes, incluía 100 sms y 30 min de llamadas, más conexión a internet y conexión a un periódico chino (Movistar, ¡aprende!). Ahora queda pendiente el tema móvil. Aquí en China, para tener móvil tienes que comprar el móvil, la tarifa y el número, cada cosa por separado, no hacen packs. Cada cosa va por su lado. Del tema aparato móvil, una chica que estaba aquí el año pasado me ha dejado un LG muy sencillo que le dio una compañera coreana, pero tiene una pega: no tiene cargador. Así que, o una de dos, o le pido a alguien que tenga LG que me deje el cargador, o me busco un cargador parecido que alguien tenga por ahí de otro aparato, o bien, voy a la tienda a comprarme uno. Yo opto por la opción uno. ¿Votos a favor? 

3.   El super. De forma general, una persona decide ir al supermercado a hacer la compra, y como mucho, si también hay centro comercial, a darse una vuelta por las tiendas. Pues bien, nosotros aquí, desde que llegamos, parece que vamos a los supermercados a pasar la tarde y a cotillear lo que hay en las estanterías.
Un Carrefour o 家乐福 (JIA LE FU)
Un ejemplo para que lo entendáis, pasarnos una tarde entera en el Carrefour dando vueltas y mirando lo que había, para al final, solo comprar pinchitos, rollos de papel de cocina y un poco de pan. Además de estos “paseos vespertinos” por los supermercados, también me gustaría comentar un poco cómo son aquí los supermercados. En primer lugar, son gigantes, excluyendo todos los pequeños colmados en los que venden 4 cosas, la mayoría tienen 2 plantas: una propiamente de comida y bebida; y la otra, es de tecnología, higiene, limpieza, ropa y material. Dejando de lado la cantidad de cosas “inútiles” o “tremendamente chorras” que venden, tengo que decir que la primera vez que entras en un supermercado chino, se te salen los ojos de las órbitas.


Don Quijote de ja Mancha. ¡Olé!
Si a eso se le suma, que cuando quieres comprar algo, lo coges, lees la etiqueta y te quedas igual, la cosa es aún más divertida. Como experiencias curiosas que hemos tenido en el super, os puedo contar, por ejemplo, que aquí se destila mucho lo grande (como sacos de 5 kilos de arroz) y también lo de “a granel”, sobre todo los dulces, las legumbres, la fruta y las verduras, pero no es lo único. Ni mucho menos. Aquí a granel también se puede comprar carne, como por ejemplo, muslos o alitas de pollo. Te encuentras un cajón enorme con los muslos y las alitas, ahí al aire libre, y la gente cogiendo y dejado a su antojo (este sí, este no, fuera, esté tampoco, este sí, a ver si este está blandito, etc.). Sí, yo también pensé lo mismo: ¡qué puto asco! Laura casi se desmaya y sólo de pensarlo, se le revuelve el estómago. Y más cosas raras, vimos una especie de pollo de color negro (¿qué era eso? Ni pajolera idea); también vimos que tenían las gambas (casi todas muertas, pero algunas por allí nadando) en una piscina de estas que pones en el jardín de tu casa y la gente las cogía con una especie de red; también tienen peceras pequeñas con peces para que te los maten allí mismo.
¡Esta muertooooooo!
Vimos una pecera en la que había una manada de peces y uno muerto por allí flotando y los otros peces esquivándolos (escena muy sádica, por cierto). Y en cuanto al resto de productos, pues en general, son más baratos, pero hay algunas cosas como la leche, que incluso es un poco más cara. Y hablando de leche, aquí la venden en cartón, en botella, en sobre, en todos los tamaños y colores, lo digo porque hasta he visto un paquete que decía que había dentro leche NEGRA. No quiero ni verlo, ni mucho menos probarlo. Y productos muy raros, como oreos de sabores (menta, vainilla, mitad naranja mitad limón, mitad arándano mitad frambuesa), galletas rellenas de chocolate que no saben a NADA, madalenas que huelen tan mal que sólo puedes tirarlas a la basura, fruta metida entre una especie de gelatina (¡vomitivo!), batidos de sabores que saben raro y que tienen como gelatina dentro, zumos de naranja que parecen fanta, kiwis duros como ladrillos, pepinos del tamaño de un balón de playa, melones que parecen cohetes… En fin, una colección de productos que apetece más meter la mano en la piscina de las gambas que comérselos, y lo que nos queda por descubrir, porque aquí hay comida para parar un tren. Y por lo que respecta a los productos ESPAÑOLES, pues hay poca cosa, pero te hace gracia.
¡Bimbo!
Hemos visto, por ejemplo, pan bimbo, aceite y pastas gallo, pero son un poco más caros, sobre todo el aceite, pero bueno, mejor ese aceite que no una especie de agua amarilla que te venden que eso, como mucho, puede servir para arrancar una vespa. Nuevas aventuras sobre los supermercados, en breve.

4.   Internet: el misterio de los cables. Cuando llegamos aquí, uno de los pocos servicios que te entraba con la habitación era Internet por cable en la habitación y el wifi en el lobby del vestíbulo. Los primeros días, en la habitación funcionaba así así, pero abajo funcionaba a las mil maravillas; a los pocos días, se tornaron las cartas; en la habitación perfecto, y abajo mal. Aquí con el paso de los días, Internet funciona cada vez peor. Sólo tenemos una antena de Internet para 5 edificios llenos de gente y las aulas, así que es comprensible que funcione mal, pero claro, para una cosa que te ofrecen al menos podrían tenerlo bien. De momento, a ciertas horas por la mañana y a partir de las 12 por la noche, el wifi funciona más o menos bien, pero en la habitación tiene que arreglarse de milagro, porque a veces funciona, y a veces no. Es una desesperación tremenda. ¡Maldita adicción! A veces enchufas el cable al PC y rezas para que la pantallita no salga con un símbolo de advertencia amarillo. Sólo espero que de aquí unas semanas, cuando supuestamente se vacíe este edificio un poco, Internet funcione de forma normal: que funcione, aunque sea despacio, pero que te deje entrar en las páginas. Me da a mí, que pido demasiado… Ya veremos.

5.   Un resbalón aceitoso. Esta parte se la dedico a mi bonita Laura. Los hechos ocurrieron el pasado martes por la noche. Decidimos comprar patatas y huevos para cenar, para INTENTAR cocinar una tortilla de patatas, pero cuando llegamos a la residencia, nos dimos cuenta de que no teníamos ni tapa que abarcara la sartén, ni espátula en condiciones como para que remover bien la comida, ni siquiera un triste cuchillo en condiciones para cortar las patatas. “Nada, revuelto de patatas y listo”. Todos estuvimos de acuerdo. Cuando se terminaron de freír las patatas, pensamos guardar el aceite para poder usarlo para cocinar otro día, pero como no podíamos meterlo en la botella del aceite, porque la boquilla era diminuta, pensamos en usar un vaso. Así que tuve que ir a la habitación, buscar la llave de un armario que nos dejaron unas compañeras que estuvieron aquí estudiando el año pasado con algunas cosas, subir 3 pisos, ir hasta la cocina, coger un vaso, lavarlo, bajar tres pisos y, finalmente, echar el aceite en el vaso. Todo iba bien, hasta que sin querer a Laura se le resbaló el vaso y se le derramó por una buena parte de la mesa de la habitación. Afortunadamente, todo se quedó en un susto, porque no cayó nada encima de su ordenador, y simplemente se mancharon un poco sus libros y una funda. Pero la cosa no acabó ahí. Más tarde, se me debió de quedar algo de aceite en las manos porque al coger el paquete de pan, se me cayó al suelo, pero por suerte, estaba bien cerrado; y más adelante, cuando fuimos a lavar los platos, también estuvo a punto de caerse el fogón al suelo. Por lo tanto, decidimos irnos a dormir antes de que nos cargáramos o se nos cayera algo más al suelo.

6.   Nueva gente, nuevo idioma. Sigue llegando gente y más gente. Yo no sé si vamos a caber aquí… El caso es que como he conocido a un par de chicas portuguesas muy majas, he decidido ponerme a aprender un poco de portugués. Sé que algunos pensáis que con lo que voy a estudiar de chino, ya voy más que servido, pero entre partidas al UNO, comidas, cenas y ratos de estudio en el lobby, al final puedo llevarme un idioma extra para casa. Lo bueno es que hay muchas cosas que son parecidas al castellano o al catalán y eso lo hace más sencillo: “oh meu diosh”, “amañana” o el ya famosísimo “pourque” (versión Mourinho 2.0). Luego está el “obrigado” (gracias) y alguna otra palabra más que ahora no recuerdo. Dadme tiempo y puede que a final de semestre apunte otro idioma para el curriculum.

Y de momento, esto es todo lo que se cuece por aquí. Llegarán cosas nuevas en breve, ¡seguro! Por cierto, os recuerdo que mi compañera Laura tiene un blog en el que va contando su experiencia a través de sus ojos. Os pongo el enlace para que le echéis un vistazo:  http://desdetianjinconamor.blogspot.com/2012/09/examen-de-nivel-y-primer-dia-de-clase.html?spref=fb (Laura, esta promoción del blog vale por una Qindao J).

Cierro esta entrada con un dicho chino que he leído hoy en un texto y que me gustaría compartir con vosotros:

笑一笑,十年少

(xiao yi xiao, shi nian shao)

Lo que viene a decir, más o menos, que el que ríe continuamente, tiene diez años más de vida. Ale, a predicar con el ejemplo…

2 comentarios:

  1. jjajajajaa!!! cada dia que passi doncs viurem més temps!! molaaaa! ;)

    Per cert, molt bona l'entrada!!! (K)

    ResponderEliminar
  2. Mark!!! Estoy en contacto con Quentin Tarantino ya hemos hablado para producir y llevar a la gran pantalla tu aventura en los supermercados chinos... sip yo creo que va a tener escenas como dices tu muy vomitivas jajajajaa dios como me he reído.
    Vinga noi!!! cuidate, un abrazo enorme ^^

    ResponderEliminar