Siempre he creído que lo bueno de
vivir y que las mejores experiencias de la vida son las que ocurren por
sorpresa. Como cuando estás aburrido en casa, te llaman para salir y al final pillas
una caraja del tamaño de un elefante y se convierte en una gran noche, o como
cuando ves grandes resultados en pruebas que no esperabas superar.
Pues algo así nos ha pasado a
nosotros. Por sorpresa. Si no me equivoco, en mi última entrada escribí que
seguramente nos pasarían cosas pronto. Pues bien, ¡no me equivocaba! Ni porque
nos iba a pasar algo, ni porque iba a ser pronto, porque a los 20 minutos,
llamaron a la puerta de mi habitación y me soltaron la bomba informativa: Laura
y Meri habían recibido una llamada de Li Peng, el señor coordinador que nos
firma el papeleo (empiezo a estar hasta los mismísimos de ese tipejo), que
teníamos que bajar a la oficina de intercambios a buscar el pasaporte. Y no
sólo eso, por lo visto teníamos que repetir alguna de las pruebas médicas para
que pudieran renovarnos el visado. Y ¡sorpresa! Había que pagarlas, como todo
aquí.
¡ÓBVIAMENTE!
Por lo tanto, a las 9:30 en la
oficina de intercambios para ir a la clínica para hacernos las dichosas pruebas
otra vez.
Aún con el shock y el cabreo encima,
nos fuimos a cenar y a hincharnos a lo pavo porque a partir de las 00:00 no
podíamos ni comer ni beber. Y al día siguiente, otra vez, a levantarse a las 7 de la morning y a clase antes de hacerse la pruebas: “Listening”. Una clase, que
por cierto, ha funcionado de la siguiente manera:
1. Llega el profesor 10 minutos tarde
2. Nos explica qué vamos a hacer en su asignatura
3. Nos dice que miremos el libro y que sí sabemos las
palabras que nos cambiemos al intermedio 3, que si es muy difícil que nos
vayamos al intermedio 1, y que si entendemos algunas y otras no, que nos
quedemos. En definitiva, que nos quedamos.
4. Pasa el libro a los alumnos para que echemos un vistazo
mientras él llama a alguien, toquetea el ordenador, se va a dar una vuelta…
5. Vuelve para pasar una hoja en la que quiere que apuntemos
el nombre y el país de los que seguro que nos vamos a quedar en ese grupo.
6. Luego dice que si nos quedamos, que mañana (que volvemos
a tener clase) vayamos con el libro. Añadiendo que si no traemos el libro que
no vayamos a clase. Nadie se lo ha comprado porque no sabíamos qué libro
necesitábamos. Al salir de clase nos han dicho que la librería está cerrada
hasta el sábado y nadie tiene los libros. Me parece que a clase mañana a las 8
va a ir Rita la cantaora.
El aula de la clase de listening. Con sus cascos y todo. |
Al salir de clase, hemos ido a
encontrarnos con el tal Li Peng, que ya nos estaba esperando. Hemos esperado a
una chica ucraniana que también tenía que venir y ya me temía lo peor cuando la
persona que supuestamente nos tenía que llevar en coche no aparecía. Sin
embargo, ha llegado para nuestro alivio.
Y ahora viene la parte donde me
indigno. Antes de contar esta parte, como apunte para lo que voy a contar
ahora, para los que sois de fuera de Mataró, deciros que cuando empezó todo el
movimiento 15M, en Mataró acamparon en la Plaza Santa Anna, que es lo que se
entiende como “centro neurálgico” propiamente
dicho. Desde ese momento, cuando me indigno siempre digo en broma que “¡estoy
por ir a acampar a la Plaza Santa Anna! “. Pues bien, resulta que el
coordinador ha sido tan “INTEGILENTE” de enseñarnos la lista de personas que se
tienen que hacer otra vez las pruebas. Por lo visto, los japoneses y los
coreanos y los asiáticos, en general, no tenían ningún tipo de problema, pero
todo el resto de internacionales tenían que hacerse, como mínimo, un análisis
de sangre. A lo que yo emuló al señor Mourinho “¿PORQUÉEEEE, PORQUE?”. ¿Por qué
unos sí y otros no? Y sobre todo, ¿os estáis quedando conmigo? Se suponía que
con todas las pruebas que nos hicimos para que nos aceptaran en la universidad
todo estaba correcto. Pero no. Al final, hemos llegado a la conclusión que nos
han “timado” y que han ido a sacarnos el dinero, que los de intercambios tienen
una especie de negocio mafioso con los de la clínica y “engañan” a los
estudiantes para que vuelvan a pagar, ya que si tienes que entregar las pruebas
en abril y luego eso “caduca” entonces hay algo que falla. Sobre todo después
de que te digan que “si el médico dice que necesitáis hacerlas otra vez, pues
las tenéis que hacer otra vez” ha dicho el coordinador. Y el tío se te queda
mirando con una sonrisa, que en realidad es lo que más fastidia. Pero en fin.
Tragas, callas, PAGAS, y luego, aunque no te hagan caso, PROTESTAS.
Pues bien, llegamos a la clínica,
aunque antes tuvimos motivos de peso para ir al hospital, porque el conductor que
nos llevaba a todos hizo un adelantamiento que un poco más y podía tocar la
cara del conductor estirando el brazo. ¡Jesús, que kamikazes que son al
volante!
Nada más llegar, vimos a gente
todavía haciendo cola, porque para hacerse las pruebas había hoy dos turnos
(mañana hay más turnos): el de las 8 y el de las 9.30. Estaban todavía allí
porque entre la lentitud y que se dejaron algunos papeles, habían estado 1 hora
y media allí esperando. Para que os hagáis una idea del asunto, hoy iban 38
(8:30) + 6 (9:30) = en total 44 personas a hacerse dichas pruebas médicas.
Contando que como mínimo pagabas unos 40€ y como máximo 100€, vosotros mismos
os podéis dar cuenta de que han hecho agosto, setiembre, octubre, noviembre,
diciembre y se han comprado los regalos del fin de año en febrero con nuestro
dinero.
La clínica tenía dos ventanitas en
la planta baja: una en la que te introducían los datos, te hacían una foto y
apuntaban qué pruebas tenías que hacerte; y otra para pagar. Como nota de
información, en la pared de enfrente tenían un “listado de precios”, con todas
las pruebas que podían hacerte y el precio. ¿Como cuando vas a la carnicería y
tienes una lista? Pues igual.
Y nada, luego ya empezaba el juego.
Cruzabas una puerta, y había un pasillo muy largo con muchas puertas con un
cartel, y depende de qué tuvieras que hacerte tenías que ir a una puerta o a
otra. A mí me tocaba volver a hacerme un electro (por el tema del corazón
grande por hacer deporte) y una análisis completo de sangre. A Laura y a Judit
un análisis de sangre para las ETS, a Ariadna el análisis de sangre completo, y
a Meri, TODO, porque resulta que en Barcelona se olvidaron de sellar la
fotografía del certificado médico y no tenía validez (WTF!!!¿?¿?).
¿Dónde te toca? A jugarrrrrrr. |
He llegado a la puerta donde hacían
los electros y yo era el siguiente, pero como no sabía si te llamaban o qué, se
me ha colado un chino delante de mis morros sin preguntarme siquiera si me
tocaba a mí o no. ¡VIVA! Y nada, luego he entrado y me lo han hecho en un
periquete: pinzas en muñecas y tobillos, ventosas y sin quitarme la camiseta ni
nada, simplemente levantándola, ventosas en el pecho y en menos de 10 segundos,
¡SIGUIENTE!
Después ha tocado la extracción de
sangre. Tras esperar un rato, me ha tocado a mí. Allí tienen una ventanilla
tipo banco, y la enfermera está detrás. Le das el papel, estiras el brazo y te
la saca medio a distancia. Y hoy me ha pasado algo que no me había pasado
nunca: me ha clavado la aguja y no encontraba la vena. Suerte que he mirado
hacia un lado, pero notaba como la iba moviendo en busca de sangre. Al final,
ha cambiado de brazo, hasta me ha atizado dos tortazos en el brazo para
encontrarla, y al final, ha podido sacarla. Suerte que al menos no he notado
los pinchazos…
Lo siguiente ha sido esperar a la
pobre Meri que tenía que hacérselo todo, hasta se ha tenido que hacer una
ecografía y una prueba de orina. Que piensas, ¿pero cómo quieres que mee si no
me dejas beber nada? Pero el bote que había que llenar, no era un bote
propiamente dicho, era como un vaso de chupito SIN TAPA.
Así que veíamos a la
gente salir del baño con cara de asco y las manos manchadas (porque en los
baños no tiene papel en ningún lado) llevando ese vasito sin tapa, para al
final, solo coger unas gotas y lo demás tirarlo a una papelera que había allí
al lado. No he tenido la “suerte” de hacer esa prueba, pero por las caras con
las que salía la gente del baño, he tenido más que suficiente. Sobre todo
teniendo en cuenta el famoso “agujero” de los baños chinos, del cual hablaré en
mi siguiente entrada.
La cola de los que salían del baño tras la "muestra de orina" |
Necesitaba escribir esto para
aliviar un poco mi indignación. Pero bueno, ya he pasado parte a los de Gestión
Académica de la UAB, que van a pasar de mi cara como siempre, pero bueno, este
palo me ha venido bien para estar todavía más pendiente de lo que estaba con
todo el tema del papeleo y de las ganas que tienen aquí de sacarte el dinero,
que te dicen una cosa y luego es otra y tienes que correr.
A pesar de la negatividad con la que
está escrita esta entrada, no quiero que penséis mal ni os llevéis las manos a
la cabeza. Estamos bien, ¡de verdad! y toda esta experiencia está siendo
genial, disfrutando a tope y conociendo a gente realmente encantadora. “A veces
dar un paso atrás, significa dar dos pasos adelante”. Esta frase la leí en un
váter, pero quería compartirla con vosotros porque me hizo gracia la situación
de estar yo meando y una frase tan trascendental en un baño.
Voto la plaça santa anna com a patrimoni de la humanitat! jaajajajaja!!!
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