lunes, 10 de septiembre de 2012

Fiebre amarilla


¡Aquí me tenéis de nuevo! ¿Me echabais de menos? Preparado estoy para contaros todo lo que se “cuece” por estos lares. Tengo que contaros bastantes cosas, así que vamos al grano (¡de arroz!) y no nos vayamos por los cerros de Úbeda.

1.   Estudio intensivo. Las clases ya han empezado y con ellas llegan los deberes, los ejercicios, las redacciones, las lecturas y las horas de estudio. Teniendo en cuenta que dejé de estudiar, prácticamente, en el mes de enero y que no tengo la rutina de ir 5 días a clase, ni mucho menos de levantarme todos los días a las 7 de la mañana, el inicio ha sido duro y más que va a serlo, ya que esta primera semana todo el mundo “tanteaba” un poco en qué nivel se va a quedar para el resto del semestre. Por lo tanto, esta semana los profes ya sabrán los alumnos que tienen y ya se pondrán a saco con el libro y el temario. Un apunte que no puedo pasar por alto, a falta de uno, los libros me han costado la friolera cantidad de 15€ (corramos un tupido velo sobre lo caros que ya eran y ahora más aún con la subida del 21% de IVA que han implantado Rajoy y sus colegas los de las gaviotas al material escolar. Defendiendo la educación para todos por encima de todas las cosas, ¡claro que sí!). De momento, hoy nos hemos pasado 1 hora después de cenar los cinco intentando entender un texto, que creemos que dice eso, pero no estamos nada seguros. Este semestre se plantea muuuuuuuy divertido. ¡Superchachiguachi! Aún así, me sorprendo de mí mismo, he ido estudiando mínimo 2 o 3 horas cada día, algunos días más que otros, pero todos los días, incluso el sábado, repito, SÁBADO, estuve estudiando un buen rato. Yo creo que no había estudiado un sábado desde que estaba en bachillerato, por allá el año 2007.    

2.   ¡Ciao, bello! En mi última entrada escribí que había conocido unas chicas portuguesas que en algunos ratos libres de cartas y comiendo habían estado enseñándome un poco de portugués. Pues bien, también voy a añadir el italiano a la lista de lenguas a aprender este semestre. Ya que estamos, ¿no? Sí, básicamente porque también hay un grupo de italianas que quieren aprender castellano y se han ofrecido a enseñarnos un poco de italiano como moneda de cambio. Por el momento, son solamente palabras sueltas como los colores y los números  y también algunas expresiones malsonantes del tipo “bafanculo” y “stronza di merda” (un par que os dejo, por si las moscas) y otras más conocidas como “andiamo” (vamos), “sienti” (siéntate) o “ma commo” o “puorque”. Mi nivel de PLURILINGUI (cómo pronuncia mi primo del pueblo “plurilingüe”), ha subido otro puntito más. Veremos cómo acabo todo esto de los idiomas, porque estos últimos días mezclo los idiomas y las frases. Tengo un batiburrillo…

3.   Se busca presidente/a de club de fans. Supongo que a estas alturas todos ya sabéis quién es Dimitri. Bueno, por si alguien todavía no sabe quién es, es mi compañero de habitación que ha decidido dejar su vida en Rusia atrás para acompañar a su novia a esta maravillosa ciudad que se encuentra dentro de este magnífico país. Como consecuencia de las continuas muestras de interés por vuestra parte por conocer más sobre su persona y qué hace con su vida, oficialmente pido que alguno de vosotros cree el club de fans “Dimitri: el ruso que vino a Tianjin por amor”. Si alguien está interesado, que se ponga en contacto conmigo lo antes posible para empezar los trámites necesarios. Ahora os explicaré el porqué creo que este muchacho ya tiene ganado el cielo. Todo se reduce a la persona por la cual ha venido hasta aquí. Una muchacha rusa que se llama Natasha  (sí, CLICHÉ del tamaño del Kremlin. Yo también pensé lo mismo). A esta muchacha la voy a describir con una frase sencilla y muy contundente: es más SIESA y más SABORÍA que la madre que la parió. ¿Por qué? Simplemente porque una muchacha que obliga a su novio a llevarle el bolso, a que él lleve 4 bolsas de la compra y ella ninguna, que le diga que vaya a buscar comida mientras se queda repanchingada en un sofá, que llame a su novio a las 7 de la mañana (consecuentemente me acabe de desvelar a mí) para saber si se ha levantado, que le revise si ha estudiado lo suficiente… Hoy la he visto poner detergente en el agua con la que iba a limpiar el cuarto. Inadmisible. Pobre Dimitri. Me da tanta pena… Así que desde aquí lanzo la plataforma, “¿Debería dejar Dimitri a Natasha y volver a Rusia?”, enviad un SMS con la palabra “SÍ” o “NO al 5577 y entraréis en el sorteo de un jamón pata negra de la famosísima casa de embut … Fuera bromas. No sé como acabarán estos dos, pero sólo puedo decir: Dimitri, en España hay gente que te quiere, ¡ánimos!  

4.   ¿Locura o forma de ser? Mi padre suele decir mucho aquella frase tan archiconocida de la película Forest Gump: “tonto es el que hace tonterías”. Pues bien, por esa regla de tres, loco, es el que hace locuras. Definitivamente,” loco” es una de las características de la población china. Los chinos son fuera de lo común, son extraterrestres. Algo inimaginable. Desde mi punto de vista, faltan términos en el diccionario para describirlos. A veces, cuando ya piensas que nada puede sorprenderte, que ya no puede haber nada más estrambótico, se superan, y con creces. Llevo varios días recopilando varias anécdotas para que las leáis y os hagáis una idea. Vamos a ello.

a.   La loca del ejercicio. Los hechos ocurrieron el pasado sábado por la tarde cuando fuimos al supermercado a comprar algo de cenar. Salimos del campus y, de repente, escuchamos un grito. Algo así como un “HAAAAAAH!!”. No sabíamos muy bien de dónde provenía. De tanto en tanto íbamos escuchando ese sonido una y otra vez. Hasta que la vimos: una señora se encontraba en la puerta de un edificio del campus haciendo una especie de ejercicio en el que doblaba las piernas y subía los brazos y para darle más fuerza al movimiento lo acompañaba del ya mencionado “HAAAAAAAH!!”. Nosotros, atónitos, la mirábamos ojipláticos y alucinando pepinillos. Al cabo de poco, hizo unos estiramientos y se marchó. Puede que leer esto no os haga mucha gracia, pero la imagen y sobre todo el sonido  valía más que mil palabras.

b.   La auto-masajista. Aún alucinando con “la loca del ejercicio”, cruzamos la calle. Aún nos quedaba cruzar otra calle para llegar al supermercado. Eso aquí, es como cruzar un río de aguas bravas. Y ahí estaba, la mujer que yo he bautizado como la “auto-masajista”, porque se estaba dando un “masaje” en los riñones en plena cale. Pero no con las manos. ¡Con los puños! Se estaba dando puñetazos con toda su fuerza en los riñones. Una técnica, que sinceramente, no quiero probar ni mucho menos saber por qué demonios la hacía.

c.   El barrendero. El viernes decidimos probar uno de los comedores al que no habíamos ido jamás. El comedor está en otro edificio del campus. Hay 3 plantas: en la 1ª que es más para llevar y que no se recomienda mucho que se vaya salvo caso extremo, en la 2ª, que es cocina china, y en la 3ª, que hay un restaurante de comida china (un poquito más cara que la comida de la 2ª planta, pero más rica) y un restaurante de comida “western” o occidental (aceptamos “comida occidental” como animal de compañía, ya tu sabeh). Pues bien, nunca habíamos ido a la 2ª planta y decidimos acudir allí, para “probar”. Nos salió bien el invento.
Lo que comimos aquel día
Comimos por unos 80 céntimos. Estábamos comentando lo bien que había salido de precio y que la comida no había estado del todo mal. Pues bien, ahí es cuando entra el protagonista de este mini-relato. Iba con dos escobas arrastrando toda la roña, hasta que la recogía con un cubo que tenía por ahí cerca. ¿Dónde está la locura de este individuo? En que su forma de limpiar el polvo o los restos de comida que quedaban en las mesas era barrer la mesa con la escoba con la que antes había barrido medio suelo de un comedor de 200 metros cuadrados. Viendo esto, cogimos nuestros bártulos y para casa. Antes de volver a comer allí, nos veremos obligados a desinfectar la mesa

d.   La aguanta bultos. Recuerdo que antes de salir de casa, repasé muchas veces qué me iba a llevar y qué no. Una de las cosas que me dejé fue el carné de conducir. Ya ni se me pasó por la cabeza coger un coche en Inglaterra, mucho menos pensé en hacerlo por China. 2 semanas después, creo que es una de las mejores decisiones que he tomado al venir aquí. Bien, ya he contado innumerables veces lo “farruquitos” que son (se queda corto el apodo, pero bueno) al volante esta gente, pero es que algunos se superan. El viernes al mediodía, en una intersección apareció de la nada una camioneta en dirección contraria que iba cargada de trastos. Se saltó el semáforo, casi atropella a una mujer y giró por donde no podía girar. Eso en España se traduce en unos 50 puntos del carné. Pero lo mejor estaba por llegar. ¿Cómo se iban aguantando las cosas para que no se cayeran a la carretera? Pues con una muchacha tirada boca abajo con los brazos y las piernas abiertas y haciendo fuerza para que no se movieran. “¿Para qué vas a usar cuerdas? Bah, eso es demasiado fácil y poco peligroso, mejor le decimos a esta que aguante ahí arriba y listos”. De verdad, a veces parece que el arroz les afecta a las neuronas.

e.   El pescado leproso y la ropa superfashion. Ya os puse sobre aviso de los supermercados. La historia continua, chicos. Sí, hay demasiado para contar como para dejarlo en una sola entrada. Ayer domingo, fuimos a “pasar la tarde” al Tesco (sí, como no teníamos nada que hacer, nos pasamos 1 hora y media dando vueltas por el supermercado haciendo el friki).
He aquí el PEZ LEPROSO.
Pues bien, de los creadores de coger los muslitos de pollo a granel y de la piscina de jardín llena de gambas, hoy os quiero presentar el pez leproso: un pez que tenía unas ronchas “sospechosas” en el lomo, que nadaba en un recipiente entre peces muertos y que tenía un aspecto r-e-p-u-g-n-a-n-t-e. Ideal para cenas familiares y comidas para quedar bien. Si algún valiente se atreve a comérselo, que me avise, que se lo mando por correo, que con lo mutado que está, yo creo que sobrevive al envío. 


Antes muerta que sencilla
En cuanto al vestuario, yo no sé quién diseña la ropa y, sobre todo, quien tiene el cuajo de comprar esa ropa que tienen por ahí. Sé que algunos estaréis pensado que un supermercado es el último lugar al que iríais a compraros ropa, pero tú te vas al Alcampo o al Carrefour y la ropa es más o menos decente. Lo que hay en esos pasillos es, o para vestirse para carnaval o para vestirse como una mesa camilla. Perdonad, pero alguien tenía que decirlo.

f.     ¿Pizza con qué? El viernes por la noche decidimos salir todos para despejarnos un poco, que falta nos hacía. Volvimos a acudir a Hellen’s, un bar de copas. Tuvimos también la suerte de conocer a un malagueño ingeniero que estará aquí 3 meses y que lo han enviado aquí desde Alemania. ¡Qué pequeño es el mundo! Volviendo al tema, una de las cosas que más me ha sorprendido es que no hay pizzas en los supermercados (hay peces con lepra, pero no pizzas. RARO) Pues bien, en el bar al que fuimos nos sentamos con algunas italianas y estuvimos hablando y enseñándonos los idiomas, y en nuestra misma mesa había un par de chinos que estaban cenando pizza. Y ahí fue donde vi como cogían un bote de kétchup, echaban un poco en el plato, cogían una porción de la pizza, la restregaban por el kétchup y se la comían. Sí, sí. Nuestra cara es la misma que la que estáis poniendo ahora.

g.   Marchando una silkepil, por favor. Bueno, el título no deja mucho misterio. Os podéis más o menos imaginar por dónde van los tiros. El lugar era, para variar, en un supermercado, concretamente, en la caja para pagar. Nosotros esperábamos para pagar, cuando de repente Laura me dio un golpe y me señaló una chica que teníamos delante. Efectivamente, lo que se vislumbraba en sus axilas eran lianas del amazonas. Era algo que quería comentar, perdonad si alguien ha tenido que ir al baño, pero no he podido evitar no ponerlo por aquí.


Esto es todo de momento. Como podéis comprobar, mi estancia aquí está siendo más movida que un viaje en el toro mecánico. Y lo que nos queda por vivir y experimentar.

Yo quiero unas iguales


1 comentario:

  1. Sens dubte, m'ofereixo per presidir el club de fans!!!! Amb el q dius però, ben aviat, el trobarem passejant amb nosaltres per la pl santa anna... ;)

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