La adaptación a la gastronomía
china, de momento, es bastante positiva. Algunas veces dudas de si estás
comiendo perro, pato, caballo, pollo o cerdo (el pescado está más que
prohibido, viendo su aspecto en el supermercado), pero ya nos conocemos los
sitios más adecuados a los que ir y qué comer y qué no, para evitar percances y
disgustos al estómago. Sin embargo, tengo la sensación de que aún nos queda
mucho por descubrir.
Hoy, por el momento, os voy a
explicar uno de los platos más típicos de China:
火锅 (huo guo = olla caliente) que también se conoce
como Olla Mongola.
Para degustarlo, nos acompañaron
nuestras tres compañeras de tándem (Gloria, Vera y Delfina) a un
restaurante no bastante lejos de la universidad. Tengo que decir que la
experiencia fue curiosa y comimos como si no hubiera mañana. Os explico cómo
funciona este plato:
Todos los comensales se sientan en
una mesa y en el medio hay un fogón en el que colocan una olla con caldo. Este caldo puede ser picante, mitad picante mitad
no (está separado con un barra para no mezclar), o no picante directamente.
Debido a nuestra poca pasión por el picante, escogimos una NO picante.
En ese momento te daban una carta con una amplia gama de productos.
De esa carta tenías que elegir lo que a ti más te apeteciera. Para seros
sinceros, nosotros no pedimos nada, porque como no teníamos ni pajolera idea de
cómo funcionaba, nos dejamos llevar y estábamos dispuestos a comer de todo,
menos PESCADO. No sé si me voy a dejar algo, pero más o menos pedimos:
·
Tres platos de carne de
res (es que me lo dijeron así y me hizo gracia).
·
Tres platos de
diferentes tipos de jiaozis (son unos
raviolis llenos de carne, verduras…), de los cuales unos eran de color NEGRO.
·
Lechuga
·
Patatas
·
Una hortaliza verde
parecida a lechuga, pero que no era lechuga.
·
Varios platos de
diferentes tipos de champiñones
·
Unas bolas de gamba
·
Trozos de pescado
·
Fideos
Creo que pedimos algo más, pero
ahora mismo no lo recuerdo. Y sí, en la lista había pescado, pero estaba bueno
y BIEN COCIDO, así que nada de lo que temar.
A continuación, debías levantarte e
ir a la entrada del restaurante para elegir una salsa con la que acompañar toda la comida. Allí había salsas a
cascoporro: picantes, no picantes, de sésamo, con aceite, con cebolla, con
tomate… Para gustos, colores. Al final, nosotros tres cogimos una salsa
de sésamo que a mí me sabía a pipas y a Laura y Meri a cacahuete.
Cada uno a la suyo.
El siguiente paso era encender el fogón para que hirviera el
caldo, y una vez estuviera caliente, ir añadiendo los ingredientes que quieras
o todo para que se caliente. Había que ir con cuidado para que no se colmara el
caldo. De vez en cuando, tenían que avisar al camarero para que añadiera más
caldo porque bajaba mucho y no quedaba suficiente para hervir la comida.
Asimismo, el caldo al final ya era una mezcla de todo: verdura, carne, pescado,
patata, champiñones… Aún así, la comida tenía buen gusto y fue interesante.
La cena también nos sirvió para preguntarles
algunas de las costumbres que tienen
en la mesa a la hora de comer. A grandes rasgos nos comentaron:
1. Como norma general, hay que esperar a que traigan todos
los platos para empezar a cenar.
2. Los palillos se deben coger bien. Cogerlos mal es como un
ultraje. No sé muy bien cómo explicaros la forma para cogerlos, pero preguntad
a un chino que os enseñe, porque yo aún estoy en ello y llevo aquí más de 2
meses.
3. Está prohibido usar los palillos para pinchar la comida
porque es de mala educación (cosa que hicimos nosotros en la cena de escondido
porque había cosas que no las podíamos comer).
4. Hay que intentar no cruzar los palillos mientras se coge
la comida
5. Está prohibido
golpear la mesa o el plato con los palillos. Es de mala educación.
6. Comerse toda la comida que hay en la mesa es de mala
educación, porque quiere decir que el que invita no ha podido satisfacer a su
invitado.
7. Si no quieres que te pongan bebida en tu vaso
indefinidamente hasta caer redondo, tienes que dejar algo de tu bebida en el
vaso, señal de que no quieres más.
8. Rechazar algo del organizador o el que invita es un gesto
de mala educación, porque quiere decir que no es lo suficientemente bueno para
ti, así que si no te gusta, DISIMULA.
9. Al terminar la comida es importante no dejar los palillos
cruzados, porque es síntoma de que no te ha gustado la cena.
La cena tuvo varios momentos
curiosos, pero me quedo con el MOMENTO en el que Gloria se me acerca al
oído y me dice “¿Laura come carne? ¿Por qué Laura no come carne? ¿Le gusta?” y
Laura mirándola cómo “¡¡ME ESTÁIS CEBANDO Y NO PARAIS DE PONERME COMIDA!!” y
más tarde me vuelve a decir: “A Laura no le gusta, ¿no?”. Yo partiéndome de la
risa y Laura pensado “EN FIN”.
Finalmente, decir que la cena nos
costó unos 45 yuanes por cabeza (más
de 5,5€), un poco más caro que lo habitual, pero teniendo en cuenta lo que
comimos (salimos de allí rodando), el ambiente y lo que aprendimos a nivel
gastronómico, una cena que valió la pena.
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