Parece
mentira, pero al fin puedo volver a publicar. Lo echaba terriblemente de menos.
Veremos hasta cuando dura por eso… Espero que sea por mucho tiempo (¿he
escuchado un “looooser” por ahí? YO CREO QUE SÍ). Aquí ahora todo es tan
novedoso que me muero por contároslo todo y escribir sin parar. Pero vamos paso
a paso y retomemos donde lo dejé en mi última entrada: el avión hasta Pequín.
Los asientos en el avión con pantalla y mantita para taparse :) |
El
viaje se hizo algo pesado, pero recapitulando un poco, podría haber sido mucho
mucho peor. Teniendo que soportar 9 horas y 30 minutos metidos en aquel
pajarraco de metal pues os podéis imaginar, pero nos trataron bastante bien:
tuvimos un aperitivo de galletitas con bebida (algunos se tomaron un wisky-cola
o una copichuela de vino para soportar la espera supongo); comida/cena (chinese
pork, ensalada pequeña, una especia de yogurt griego de crema por arriba y
fresa por abajo, pan, mantequilla, bebida y un pequeño vaso con agua para té o
café); y un desayuno: embutido (queso, pavo, queso para untar, tomates y uvas),
pan, mantequilla, mermelada y otro yogurt griego pero no sé de qué era, era
algo amarillo (estaba bueno, por eso).
Una de las comidas que nos sirvieron en el avión. |
Para
pasar las horas de aburrimiento teníamos una especie de mini-TV enfrente de
nuestros asientos. Podíamos elegir entre audio (música de todos los tipos),
video (había series, pelis, documentales, etc.); y juegos (había de muchos
tipos: puzzles, solitario, marcianitos, ajedrez, etc.). Los juegos los
disfrutamos poco, ya que o se bloqueaban o no funcionaban. La indignación de
Laura me hizo reír varias veces. Al final nos dejaron algo de tregua y pudimos
viciarnos un poquito, no como un chinorris que teníamos un asiento más adelante
que se pasó todo el dichoso vuelo jugando al solitario (ejem VICIAO ejem).
Del
vuelo hay que destacar dos cosas importantes que no puedo pasar por alto.
1. ¿Personaje
famosos? Creo que en el primer asiento de la clase business estaba, nada más ni
nada menos, que Wenger, el entrenador de futbol. Mis altos niveles de
conocimiento futbolístico (guiño-guiño) me impiden asegurar si era él o no, pero de alguna vez que lo
había visto en TV, diría que era él. Tampoco era cuestión de hacerme el groupie y acosarle para que me dejara
hacerle una foto.
2. La
azafata matapasajeros. Cuando estábamos a punto de despegar, uno de los
pasajeros que teníamos en el asiento de atrás, le comentó a la azafata que
tenía bastante miedo a volar, que si le podía dar algo fuerte para relajarle.
Su respuesta fue: “¡Claro! Tengo unas pastillas en mi mochila bastante fuertes,
pero te las voy a dar con un poquito de ALCOHOL para que te hagan más
efecto!” ¿¿HOLA BONA TARDA???
Una
vez aterrizados en Pequín, pasamos el control de visados y llegamos a una
especie de tren que nos iba a llevar al aeropuerto de verdad (estos chinos se
ponen a construir y no tienen límite). Más tarde, recuperamos nuestras maletas
(¡Thank God!) y en busca del autobús con destino Tianjin. Y aquí es donde la
cosa se pone interesante…
Pasando por alto la bordería
de la chica que nos vendió los billetes de autobús, nuestra cara al salir por
la puerta del aeropuerto y ver el cielo fue de:
O_____________________O
CONTAMINACIÓN.
En unos niveles tales que no sabes si es niebla, nubes o simplemente es que
nadie ha pintado el cielo de color azul. No sólo era la sensación, sino el
olor, una cosa que se te metía por las fosas nasales y te provocaban náuseas. Y
después llegó el autobús que, para todos aquellos “privilegiados” usuarios de
la línea C5 mataró-uab directo por autopista, no estaba nada mal. Hasta que
arrancó y entró en la carretera.
Panorámica del cielo saliendo del aeropuerto de Pekín. |
Antes
de partir, recuerdo que mi padre me comentó que el número de muertos en
carretera en China asciende a unos 200 por día, REPITO, ¡DÍA! Yo en ese
momento, pensé que era por la abundancia de la población china, pero estaba
completamente equivocado. Esto es una auténtica jungla de la conducción:
coches, camiones, motos y bicicletas circulando por donde quieren, peatones que
cruzan por donde les apetece, coches que “esquivan” a los peatones en vez de
dejarles pasar, pitidos de claxon cada dos por tres, el intermitente como que no
existe, coches circulando en 5 filas por carreteras de 3 carriles, adelantando
tanto por la derecha como por la izquierda, 5 vehículos intentado entrar en una
salida de la autopista donde solo cabe 1, taxis adelantando por carriles
contrarios, autobuses que arrasan por donde van.... No sigo porque ya me estoy
poniendo malo al recordarlo. Aquí si uno quiere matarse, la mejor opción es
cruzar la calle o coger una bici; os lo aseguro, muerte segura. No se puede ni
cruzar la calle tranquila cuando el neón del peatón está en verde, para que os
hagáis una idea. En resumen, aquí el señor Farruquito conduce como un conductor
ejemplar.
La parada de bus en el aeropuerto de Pekín. |
A
todo esto, llegamos 3 horas después a Tianjin en una estación de autobuses un
poco tétrica. Así como pudimos salimos cargados de maletas y nada más poner un
pie fuera, un par de taxistas nos acosaron para que cogiéramos sus vehículos.
Como pudimos les indicamos dónde íbamos y como pudimos nos metimos en los taxis
aguantando las maletas en la parte trasera. La sensación que tuve desde la
parte trasera del coche y mirando la conducción del taxista era como si alguien
nos llevara con un joystick esquivando coches, metiéndose por
donde quería y siguiendo al otro taxista de todas todas: si tenía que meterse
en dirección contraria o cruzar 3 carriles sin intermitente, lo hacía. Y la
historia no acaba ahí. Lo que en principio iba a ser un viaje de 40 yuanes
(unos 5€) se multiplicó por 2 más la subida del IVA de Rajoy ya incorporada (100
yuanes = 12€). Tuvimos que pasar por el tubo, pagamos la novatada y resignados
en busca de la residencia.
Nivel de cansancio 85% Nivel de
indignación 120%
Tras
entrar en la universidad y entendernos como pudimos con una chica de recepción,
hizo una llamada y un chico nos indicó para llegar a nuestro siguiente destino.
Pateamos un buen trozo hasta llegar a la residencia/hotel donde íbamos a estar
todo el año. En ese momento lo que necesitaba era que me dieran mi habitación,
poder dejar las maletas y poder respirar y pensar un poco. Todo iba demasiado
deprisa en ese momento para mí.
Seguramente
había alguien que quería echarse unas risas conmigo ese día, porque después de
confirmar que nos esperaban, me dijeron que era imposible tener una habitación
individual y que tenía que compartir una, el motivo (por no llamarlo ”excusa”) era algo así como que el gobierno
obligaba a los estudiantes a dormir en habitaciones compartidas y bla bla bla
bla… (desconecté hasta que dijo), “pero en 2 semanas, máximo 3, podrás
cambiarte a una individual”. La conversación en ese momento fue:
·
¿Seguro?
·
Seguro
·
¿Me lo prometes?
·
Te lo prometo
·
Espero que no pongáis ninguna pega.
·
Os aseguro que podréis cambiaros en 3 semanas
máximo.
·
Tengo tu palabra, entonces.
·
Si no, los que queráis una individual os
mudáis a mi casa que tengo habitaciones libres.
·
¬__¬
Nivel de cansancio 90% Nivel de
indignación 200%
Al
llegar a la habitación, me encontré con que ya había alguien, así que hice lo
que más me apetecía en ese momento, DUCHARME. Sí, porque lo segundo hubiera
sido ponerme a destrozar cosas y lo tercero tirarme por la ventana. Sí, soy así
de rebelde. El agua fue como una poción.
Nivel de cansancio 70% Nivel de
indignación 50%
Mi
compañero (espero que sea temporal) de habitación es ruso y se llama (redoble
de tambores trrrrrrrr) DIMITRI (¿Alguien ha dicho cliché por ahí? YO CREO QUE
SÍ). El chico es muy majo. No habla nada de inglés ni de chino, así que nos
entendemos como E.T. con el niño: por señas. Está aquí porque acompaña a su
novia también rusa, y va a aprender chino (¡Qué bonito es el amor!). No comparten
habitación porque no les dejan por ser chico-chica. Pero bueno, de momento la
convivencia no ha sido larga, pero vamos bien. Lástima que no podamos hablar,
porque se le ve simpático y agradable: me regaló caramelos y compró una fregona
para limpiar la habitación, a cambio yo tengo que comprar la escoba (ojo por
ojo, supongo). A ver si podemos llegar a entendernos en los próximos días. Os
mantendré informado de las peripecias de Dimitri.
Mi habitación en la residencia. |
El
resto del día lo empleamos en ir a la oficina de intercambios a darnos de alta,
a dar una vuelta por el campus, ir acompañados de un chino llamada Leonardo a
un centro comercial que está a 5 min del campus (lugar que creo va a ser nuestra
salvación muchas veces), y salir a buscar un restaurante para cenar (a todo
esto lo único que había comido hasta ese momento del día eran un par de bocatas
que traje de casa en el autobús a eso de las 9 de la mañana. ¿he oído hambre
por ahí? YO CREO QUE SÍ. Hasta las 8 de la tarde ni me acordaba de que la
tenía). Para hablar de la cena, escribiré mi primera entrada de Sin tenedor porque
vale la pena. Al ingerir los alimentos casi me caen las lágrimas de lo bueno
que estaba y del hambre que tenía. Solo puedo decir que nos pusimos como cerdos
agridulces y nos costó 1,5€ a cada uno. AHÍ LO DEJO.
Y
tras llegar a casa después de cenar, a dormir. Con un “Dimitri, I Sleep” (gesto
con las manos en la mejilla).
Nivel de cansancio 150% Nivel de
indignación 20%
Y
esto es todo lo que aconteció en nuestro primer día en Tianjin. Una ciudad
misteriosa y alocada que espero que traiga muchas cosas, a poder ser positivas,
¡por favor! Ahora que parece que esto funciona (guiño-guiño) iré subiendo
entradas, a poder ser, a diario y pondré más fotos
donde-vosotros-ya-sabéis-que-no-se-puede (guiño-guiño).
Espero
que estéis todos bien.
Os
envío un abrazo enorme desde China.
muy grande mark!!! soy #muyfan de la azafata matapasajeros!!xDD
ResponderEliminarMarc, ets molt molt gran!!!! jaajajajaja, aplica't al cuento!!! tot és molt perfecte!! he rigut taaaaaant amb aquesta entrada, com si et sentís en vivo! GRANDE!!!
ResponderEliminarJudit
Grande DIMITRI. Preguntale si su novia se llama MARRRRRRRRRRRRRIA!!!
ResponderEliminarCuando le hablas, exageras la RRRRRRRRRRRR?