lunes, 27 de agosto de 2012

Conectando desde Viena


Probando, probando. 1, 2, 3. Probando. 1, 2, 3. Se me oye, se me oye… Parece que sí. Parece que esto funciona

Buenos y frescos días desde el aeropuerto de Viena. No me hagáis deciros el nombre porque es indescifrable e impronunciable. En estos momentos estoy sintiendo en mis propias carnes lo que sintió Tom Hanks en la película aquella en la que se queda atrapado en un aeropuerto. Una sensación de:

“Me abuuuuuuuuuurroooooooo”.

Con la ligera diferencia que yo no estoy retenido, simplemente estoy esperando que lleguen las 12:40 para empezar el embarque de nuestro siguiente avión. Parece que el tiempo esta vez ha decidido ralentizarse. Este avión ya sí que sí, nos llevará hasta la capital del gigante asiático: Pequín o Beijing para ellos.

El vuelo hasta aquí ha transcurrido sin incidencias destacables. Facturación sin problemas, despedida emotiva pero muy bonita, control de escáner sin pitidos ni extracción, una pequeña vuelta por la terminal B antes de llegar a la C, embarque rápido, despegue perfecto y tentempié muy agradable: una sabrosa muffin con trocitos de chocolate y un zumo de naranja. Sólo una pequeña crisis nerviosa derivada por una mala colocación de la tarjeta del móvil, pronuncio el mea culpa desde aquí, pero que por suerte se ha quedado en anécdota. Por todo lo demás, todo va sobre ruedas. ¡Toco madera para que así siga el resto del viaje!

Ahora estoy en medio de un pasillo con el portátil conectado a un enchufe viendo la gente comprando en el Duty Free y  pasar corriendo… ¡qué estampa tan curiosa!

 

¡CAMBIO! Ya no estoy en el suelo. Una de mis compañeras ha encontrado una zona wifi de calité calité y ahora tengo enchufe y sillón. De repente me siento importante. Os dejo una instantánea de donde estoy escribiendo in situ.
 
¡Qué bonita la zona FreeWlan!
 

A todo esto son las 11.23. Ya queda menos para el embarque. En mi hoja de ruta pone que me darán almuerzo y desayuno y que el vuelo dura unas 9 horas y 30 minutos. La hora española de llegada estimada son las once, once y media aproximadamente. Supongo que en Pequín no tendré oportunidad de avisar, pero no os preocupéis que os avisaré de que estoy sano y salvo lo antes posible.

 

Un abrazo vienés enorme

No hay comentarios:

Publicar un comentario